La defensa del asesino de los mellizos se basa en los trastornos mentales de este

a. m. a coruña / la voz

GALICIA

Javier Estrada «tiene una capacidad intelectual límite y presenta un trastorno de la personalidad de tipo evitativo, con rasgos esquizoides, depresivos y paranoides»

24 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo reconoce incluso la fiscala. Javier Estrada no tiene la mente sana. En su escrito de calificación, la acusación pública sostiene que el asesino confeso de los mellizos coruñeses «tiene una capacidad intelectual límite y presenta un trastorno de la personalidad de tipo evitativo, con rasgos esquizoides, depresivos y paranoides». No obstante, aclara que «ninguna de las dos circunstancias le impide comprender la ilicitud de sus actos ni afecta a sus capacidades volitivas, que no se hallaban alteradas en el momento de los hechos», en agosto del año pasado en un piso del barrio coruñés de Monte Alto, donde residía con su compañera y madre de los fallecidos, que también ocupará el banquillo de los acusados al entender la fiscala que ella les pegaba. De hecho, si para Estrada pidió que se le condene a 50 años de prisión, para la madre de los críos solicitó una pena de 11 años.

Trastornos

Si para la fiscala la salud mental de Javier Estrada está alterada, para su defensa está alteradísima. Si la acusación pública sostiene que este hombre sabía perfectamente lo que hacía aquella tarde cuando mató a los dos niños de 10 años a golpes -primero con una barra de madera y luego con un sillín de bicicleta-, para la defensa no es así. En el juicio, que se celebrará en unos meses en la Audiencia Provincial de A Coruña, basará todo esfuerzo en demostrar los trastornos mentales de Estrada. Para ello no solo hablará de los últimos tiempos. Recordará que es un hombre que se quiso quitar la vida, que estaba a tratamiento y que arrastraba desde pequeño una depresión crónica con rasgos esquizoides. Y que el día de la tragedia no era dueño de sus actos.

Javier Estrada había conocido a la madre de los pequeños un año antes del crimen a través de una agencia matrimonial. A las semanas se fueron a vivir juntos, con los pequeños. Según el fiscal, tanto él como ella sometían a los mellizos a golpes, insultos y vejaciones constantes. Hasta que Estrada los mató.