El objetivo será mantener el nivel de gasto de los Presupuestos del 2012
03 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Casi todos los Gobiernos que se han comprometido con el AVE gallego lo han hecho con plazos que quedan muy alejados de sus mandatos o de la legislatura en la que se hace el anuncio. Lo hizo Aznar con el 2010, Zapatero con el 2012, José Blanco con el 2015 y también ahora Mariano Rajoy con el 2018. Sin embargo, y a pesar de la crisis económica, terminar el AVE gallego es una empresa factible. Aunque supondría invertir cada año una media de mil millones de euros en los tramos de Galicia y Castilla y León, en la actualidad apenas hay obras más relevantes que esta en el resto de España, por lo que la competencia presupuestaria no es tan feroz como en otras épocas. Sobre todo no hay proyectos que tengan adjudicado la práctica totalidad del trazado, pues en Galicia solo quedaría por sacar a contratación los 14 kilómetros de la variante de Ourense y un tramo en túnel -el de Prado- entre Lubián y Ourense.
Además, el Gobierno está obligado a mantener ciertas inversiones estratégicas para evitar una caída todavía mayor en el empleo y Fomento aún tiene cierta capacidad para sostener proyectos que avancen en la idea de la cohesión territorial.
De acuerdo con la información facilitada por el Ministerio de Fomento en febrero, en el acceso central a Galicia quedarían por invertir 6.273 millones de euros, aunque la cifra más ajustada sería algo menos de 6.000 millones, pues hay que tener en cuenta lo que se ha gastado desde entonces y las importantes bajas que han ofrecido las empresas adjudicatarias en el tramo Lubián-Porto. Esto se debe a que Fomento les dio la opción de construir los túneles con métodos convencionales y no con tuneladora, una técnica que eleva sensiblemente los costes de la obra. Estos cerca de 6.000 millones se dividirían en seis presupuestos entre el 2013 y el 2018 con una media de gasto de unos 1.000 millones de euros, con variaciones anuales dependiendo de la intensidad de los trabajos.
Cantidades con IVA
Un experto como Xosé Carlos Fernández rebaja aún más esa cifra y cree que en realidad solo quedarían por gastar 5.704 millones. Pero aporta otro dato curioso: considera que Fomento incluye el IVA en estas cifras y, según la normativa comunitaria, «las inversiones deben valorarse a precio de abono al contratista antes del IVA». Sin este impuesto, la inversión pendiente que calcula este ingeniero es de 4.833 millones que, dividida entre seis ejercicios presupuestarios, arrojaría una inversión de unos 800 millones anuales. Sea como fuere, la horquilla de la inversión anual estaría entre los 800 y los 1.000 millones al año.
Esta cifra es muy similar a la de los Presupuestos actualmente en vigor, que destinaron 1.025 millones al nuevo acceso de alta velocidad en Galicia y Castilla y León, siendo el proyecto entre Lubián y Ourense el que más dinero recibe (701 millones). El objetivo para cumplir el plazo del 2018, por tanto, reside en mantener este nivel de gasto durante los próximos seis años.