Los más destructivos provocan daños de más de 15 millones
16 ago 2012 . Actualizado a las 13:44 h.El incendio más destructor de los últimos doce años en Galicia fue el de agosto del 2006 en Cotobade y Cerdedo. Hace unos meses, la persona que había sido detenida por un suceso que se cobró la vida de dos personas fue absuelto por falta de pruebas. En el informe sobre este evento, facilitado por la web España en llamas, el cálculo de pérdidas entra dentro de la lógica. Fue el incendio que quemó más extensión de terreno (7.316 hectáreas) y, por tanto, el que más pérdidas económicas ha generado: 15,42 millones de euros. También es el segundo que más dinero público absorbió para su extinción: 263.000 euros. En este aspecto se desvía ligeramente de la lógica.
En tiempos de crisis, cuando se mira con lupa el destino de cada euro, cobran más interés unos datos sobre el efecto económico de los incendios que a menudo los poderes públicos ocultan. Pero un análisis al detalle revela los múltiples factores que intervienen en la valoración de daños y de gastos, así como algunas incongruencias que llaman la atención y que revelarían que estos cálculos no se hacen a menudo con igual rigor o parámetros.
En el gran incendio de Cotobade, por ejemplo, se emplearon 535 personas, 52 vehículos pesados y 23 medios aéreos. Sin embargo, en otro incendio que se declaró también en agosto del 2006 en Quiroga se recurrió a más personal antiincendios (719), más vehículos (61) y más aviones y helicópteros (33). También se empleó seis días en la extinción. Sin embargo, los gastos declarados en el informe son solo algo más de 21.000 euros, muy lejos de los 263.000 contabilizados en Cotobade-Cerdedo. Parece bastante claro que en algunos casos hay disparidad de criterios o no se aplica el protocolo establecido.
El lugar y las especies
El valor ecológico de la zona quemada, el inventario de especies afectadas (no es lo mismo que se queme un bosque de robles que un eucaliptal) y la afectación a zonas pobladas son fundamentales a la hora de calcular los daños causados por los incendios. Esto explicaría que otro incendio de la oleada del 2006 declarado en Catoira, una zona de altísimo valor ecológico y paisajístico, esté muy cerca de la valoración de daños del suceso que afectó a Cerdedo en la misma época. El declarado en Catoira habría provocado daños por 15 millones de euros, a pesar de que la extensión afectada es muy inferior a la de Cotobade-Cerdedo (1.773 hectáreas frente a las más de 7.000 del acaecido en la provincia de Pontevedra).
Lo mismo sucede con el tercero del ránking, un evento registrado en Muxía también en el infausto mes de agosto del 2006. Su afectación se calculó en 14,2 millones de euros, pese a no alcanzar las 3.000 hectáreas.
Tampoco parece que los criterios estén unificados en las distintas comunidades. Solo esto explica que el incendio más grande registrado en España entre el 2001 y el 2010, con 30.000 hectáreas quemadas en Huelva, no llegue a los cinco millones en su valoración de daños.