Los vecinos enfriaban los restos quemados cerca de sus casas, después de haber pasado la noche fuera
12 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.En el pueblo barquense de Millarouso los vecinos todavía seguían ayer enfriando los restos quemados cerca de sus casas, después de que la mayoría de ellos tuvieran que pasar la noche fuera. La cercanía de las llamas y la fuerte presencia de la humareda del incendio provocó que se decretase la evacuación del pueblo. Una de las que se fue es Merce López, que no ocultaba la impresión que supone abandonarlo todo ante la amenaza de las llamas. «El sentimiento de coger a la niños [tiene dos hijos de corta edad] y marchar de tu casa sin saber si vas a poder volver a ella es terrible», apuntaba ayer mientras vertía agua sobre unos rescoldos situados ante su vivienda. La misma a la que se trasladó con su familia hace apenas cinco meses. «Ves que puedes perderlo todo, todo aquello en lo que has puesto todas tus ilusiones, es tremendo».
López regresó a Millarouso por la mañana. Algunos de sus vecinos lo hicieron de madrugada, cuando se abrió la carretera al tráfico. Otros lo habían hecho ya antes, cruzando el río Sil a nado, al ver que las llamas llegaban a sus casas. «Si los chavales no vienen, se les quema todo», comentaba un vecino. En el pueblo ardieron dos viviendas.