«Los pilotos están adiestradísimos; nunca te esperas que vaya a ocurrir algo así»

nacho mirás LA VOZ / SANTIAGO

GALICIA

03 ago 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

«Me he quedado de piedra, parece que, a veces, la vida es un poco cruel». El coordinador de Trasplantes del Hospital Universitario Central de Asturias, Jesús Otero Hernández, se mostraba consternado con el accidente ocurrido ayer en Santiago. Un cirujano cardíaco y una instrumentista de su equipo se habían bajado de la aeronave en el aeropuerto de Avilés una hora antes de que la Cessna I Citation se estrellase en la maniobra de aproximación a la pista de Lavacolla. Y, paradojas de la vida, en el mismo momento en el que el piloto y el copiloto se dejaban la vida en un bosque de niebla y eucaliptos, el personal médico trabajaba intensamente en el hospital asturiano para trasplantar el órgano donado a un paciente varón de 54 años. «Nos avisaron a las 22.30 de que había un donante compatible en Portugal -relata Otero- y el equipo voló hacia Oporto a la 1.35. Viajaron por carretera a Braga, realizaron la extracción, salieron del hospital portugués a las 3.35 y aterrizaron sin problemas en Avilés a las 5.15 para iniciar la operación».

La intervención se puso en marcha sobre lo previsto, hacia las seis de la madrugada, y no fue hasta pasadas las siete cuando el coordinador de trasplantes asturiano recibió una llamada telefónica: «Nos dijeron que habían perdido el contacto con la tripulación del aparato y ya enseguida nos enteramos de lo que había pasado», relata. Sobre las nueve, el receptor del órgano fue trasladado a la unidad de vigilancia intensiva donde, según las últimas informaciones, evolucionaba satisfactoriamente.

El único que no sabía nada de lo ocurrido a media tarde de ayer era el paciente. «No ha sido informado todavía, pero se enterará, todavía está bajo los efectos de la anestesia», cuenta Otero, que insiste en trasladar su más sentido pésame a las familias de Alejandro Bueno y Daniel Fernández. «Llevamos mucho tiempo trabajando con Airnor, conozco a su dueño, son cercanos y hacen un buen servicio, los aviones son seguros y los pilotos están adiestradísimos, no te esperas que vaya a ocurrir algo así, estamos muy impactados», añade.

Fuentes sanitarias citadas por el diario El Comercio señalaron que el uso de aviones para trasladar órganos se utiliza en trayectos que sean superiores a las dos horas.

El Hospital Universitario Central de Asturias contrata anualmente una media de entre diez y doce traslados de este tipo y Airnor es, por su cercanía, la empresa con la que trabajan.