El Concello de Vilagarcía gasta en asesores el doble de dinero que en el comedor social

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

El equipo que lidera el alcalde, Tomás Fole, anuncia cambios profundos en los hábitos laborales de la plantilla municipal

26 jul 2012 . Actualizado a las 14:10 h.

Los mensajes contradictorios sobre el funcionamiento de las Administraciones locales, reciente y confusamente reformado por el Gobierno central, continúan resonando en ayuntamientos como Vilagarcía. Al tiempo que el equipo que lidera el alcalde, Tomás Fole, anuncia cambios profundos en los hábitos laborales de la plantilla municipal y aplica sonoros recortes en capítulos tan sensibles como las ayudas de carácter social, el gobierno local mantiene intactos gastos importantes que, al menos que se sepa, nadie parece tener intención de tocar. Es el caso del coste que para los vecinos de la capital arousana supone mantener dos cargos de confianza para asesorar a un grupo, el bipartito formado por el PP e Ivil, que cuenta con dos concejalas liberadas, además de la figura del propio regidor.

Para calibrar la dimensión del fenómeno, tal vez no resulte ocioso establecer ciertas comparaciones. Para empezar, los salarios sumados de los dos asesores suponen un gasto anual de 55.350 euros. Más de lo que cobra el mismo Fole Díaz, 51.606 euros, y nada menos que el doble de la cantidad que se destina este año a sostener el comedor social que gestiona Cáritas, cuyo número de usuarios se ha disparado debido a la crisis.

Las medidas de choque del bipartito conservador desde su llegada al gobierno, hace poco más de un año, se han traducido en un drástico tijeretazo en las subvenciones a ámbitos sociales y asistenciales. Así, frente a los anteriores presupuestos, que PSOE y BNG mantuvieron prorrogados desde el 2009, el PP recortó 65.500 euros en el montante con el que el Concello de Vilagarcía respaldaba la labor de 16 entidades (181.000 euros por los 115.500 vigentes en las cuentas del presente ejercicio).

A Cáritas, en concreto, se le privó de 5.000 euros mientras el albergue de la Cruz Roja veía cómo su subvención se desplomaba, de 83.000 a 50.000 euros. Una simple operación aritmética permite comprobar que el gasto en personal de confianza hubiese bastado para conservar intacto el nivel de ayudas sociales si los dos salarios se hubiesen destinado a ese capítulo. Por cierto, los 55.350 euros que perciben los dos asesores superan la cantidad que el Ayuntamiento dedica al citado albergue para personas sin domicilio.