A falta del informe de la autopsia de la menor, que le iba a ser realizada ayer mismo en el Hospital A Coruña, fuentes del Instituto de Medicina Legal de Galicia estaban convencidos de que la pequeña había muerto por ahogamiento, ya que en una primera valoración no se apreció ningún golpe en su cuerpo.
Cuando se confirme la causa de la muerte, los investigadores tendrán que determinar si la pequeña cayó al agua cuando se encontraba en el jardín o si resbaló cuando ya estaba dentro de la piscina hinchable, y eso solo se podrá saber cuando los agentes de la Guardia Civil que se encargan del caso hayan tomado declaración a todos los trabajadores de la escuela infantil que estaban en el centro cuando se produjeron los hechos.
Los interrogatorios al personal que estaba trabajando ayer en la guardería tratarán de aclarar qué pasó realmente en el tiempo transcurrido hasta que las docentes de la escuela infantil echaron en falta a la niña, en el momento en el que habían formado la fila para lavarse las manos antes de comer. Precisamente, algunas personas recordaban ayer por ese motivo la dramática coincidencia con el caso del niño que murió en el 2009 en la piscina del colegio Liceo de A Coruña. Entonces también se investigó qué es lo que ocurrió en ese mínimo tiempo en el que el niño estuvo fuera de la vista de los encargados de su vigilancia, algo que también en el caso de Betanzos parece que pudo haber sido decisivo.
Según informaron fuentes de la Consellería de Traballo e Benestar, la piscina hinchable en la que perdió la vida la pequeña Cristina había sido instalada el pasado viernes en la zona ajardinada del patio interior de la escuela infantil brigantina. Este centro público abrió sus puertas el pasado mes de marzo y tiene capacidad para 74 plazas. Ayer, en el momento en que ocurrieron los hechos, había en las dependencias infantiles 33 niños de entre 1 y 3 años y otros 10 bebés.