La policía y el juzgado quieren interrogar al niño que presenció el crimen de A Cañiza

E.?V. PITa VIGO / LA VOZ

GALICIA

Una imagen del entierro de Samuel González, ayer en la parroquia de Luneda.
Una imagen del entierro de Samuel González, ayer en la parroquia de Luneda. miguel estévez< / span>

El pequeño, de ocho años, viajaba en el automóvil con sus padres cuando empezó la reyerta

07 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El crimen en el que murió de una pedrada un vecino de A Cañiza tiene un testigo de excepción. Se trata de un niño de 8 años, hijo de la mujer detenida como presunta autora y de su pareja, quien se ahorcó al día siguiente. El menor viajaba en el mismo coche que sus padres cuando, según la imputada, su vecino les golpeó con una vara y empezó la reyerta. Ni la esposa de la víctima ni los demás vecinos vieron nada salvo a la pareja junto al hombre, ya moribundo.

La tía del pequeño declaró a Radio Voz que los vecinos creen que el niño «miró algo, cómo mi hermana le tiraba la piedra a ese hombre». Al parecer, la pareja, durante la pelea, le dijo al pequeño que no saliese del coche. Pero una vecina relató a La Voz: «Cuando ya había pasado todo, bajé las escaleras y metí al niño en mi casa».

La Policía Judicial de la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 3 de Ponteareas se preguntan qué fue lo que vio el menor. Su declaración podría contradecir la nueva versión de la detenida, que después de confesar su autoría a la Guardia Civil culpa ahora a su pareja, Samuel González, quien se ahorcó horas después. Fue enterrado ayer en un multitudinario funeral en la parroquia de Luneda, donde también reposa la víctima, José Luis González. «Samuel era un bendito e o outro meteuse aquí e desgraciou unha familia», lamentó una parroquiana. Algunos ven claro quién empezó la pelea, pero los allegados del primero replican que fue «asesinado». El alcalde de A Cañiza, Miguel Domínguez, no tomó parte pero admitió que José Luis «no era de los vecinos más amables que uno pudiese tener, tenía conflictos».

Domínguez explicó ayer que los servicios sociales han velado por que el menor esté cuidado mientras su madre sigue internada en la unidad psiquiátrica del Hospital O Meixoeiro, de Vigo.

El pequeño está con unos familiares y el Concello espera a que el juzgado resuelva si la madre ingresa en prisión o sale en libertad, y si conserva la custodia. Otros temen un «lío burocrático» porque su madre y abuela son de Abelenda (Arbo), y los tíos paternos, de A Cañiza.