PSOE y BNG tienden puentes para conformar una alternativa al PP
06 may 2012 . Actualizado a las 11:53 h.Si sigue su curso la entente que el PSOE y el BNG han empezado a tejer en el Parlamento gallego, al actuar como si fueran dos piezas del mismo artilugio para reclamarle a Feijoo que rinda cuentas sobre los recortes presupuestarios o para exigir el cese del valedor do pobo, en breve podría plasmarse el primer encuentro formal entre los responsables de las dos fuerzas de la oposición, los dos Vázquez, Pachi y Guillerme, que se negaron a inmortalizar públicamente durante tres años.
En todo este tiempo, el líder del PSdeG y el del Bloque, ambos licenciados en Medicina, optaron por ocuparse cada uno de los suyo y por bregarse en los conflictos internos de sus respectivas organizaciones, pero sus intereses políticos empiezan a cruzarse de manera acelerada cuando más se acerca la fecha de las autonómicas. Tanto los socialistas como los nacionalistas entiende que de la concertación de ambos puede emerger la operación de abordaje a la Xunta y la única posibilidad, por remota que sea, de construir una alternativa de Gobierno al PP.
Pachi y Guillerme, según corroboran en el entorno de ambos, mantuvieron en todo este tiempo una relación cordial, hasta el punto de que no es extraño que se dejen ver en alguna ocasión desayunando juntos en un conocido hotel compostelano. Pero a la hora de poner en marcha la entente a través de un verdadero pacto, esa relación para poco más sirvió que para mantener abierta la línea telefónica entre ambos.
Desencuentros entre socialistas y nacionalistas, como el vivido en torno al proceso de fusión de las cajas, saltaron a la luz, como saltó también la incapacidad del PSOE y el BNG de sellar, sin excepciones, un acuerdo de gobernabilidad para los concellos en los que la izquierda fuera mayoría frente al PP.
Tanto es así que ni siquiera la línea abierta entre Vázquez y Vázquez posibilitó que un bipartito se abriera camino en localidades como Fene, Cuntis y Moaña, donde la falta de acuerdo entre ellos acabó poniendo estas alcaldías en manos de la derecha.
Mociones de censura
Pero incluso esta circunstancia es susceptible de ser corregida. Ocurrió en el anterior mandato en Porto do Son. Un desencuentro inicial le dio la alcaldía al PP, que dos años después el PSOE y el BNG recuperaron. Y en ambos lados valoran que ha llegado el momento de promover mociones de censura en varios concellos donde son mayoría.
«Cando imos xuntos, acertamos máis», señala un dirigiente socialista, tras atribuirle a la nacionalista Ana Pontón el mérito de que promover por primera vez una iniciativa conjunta para intentar poner a la mayoría del PP contra las cuerdas.
Claro que el BNG, con 12 diputados, necesitada del PSdeG para llegar a los 15 que se requieren para reclamar una comparecencia o registrar una moción de censura. Si mañana ocurriera una catástrofe como la del Prestige, el Bloque no podría utilizar la figura de la moción censura parlamentaria como en el 2002.
El PSOE, por su parte, logra con esta relación no solo frenar in extremis una moción de censura en Muros, como ocurrió, sino hacer mucho más creíble ante el electorado progresista la alternativa política que predica Pachi Vázquez a todo aquel que quiera escucharle.
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