El fiscal pide cárcel para unos padres porque su hijo faltó 50 días a clase

j. m. garcía OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Los padres, un matrimonio gitano de Ourense, aseguran que dejaban al niño en el colegio

13 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Son un matrimonio gitano de Ourense que ayer fue juzgado acusado un delito de abandono de menores al faltar su hijo de 12 años a clase en el IES Portovello, entre octubre del 2009 y marzo del 2010, un total de 43 días lectivos completos y, a mayores, otras 272 horas. El padre dijo que del centro lo avisaron de que el chaval no iba a clase: «Hablé con el director y di mi apoyo para corregirlo. Al niño le dije que tenía que ir a la escuela».

Él lo llevaba en la furgoneta a primera hora, lo dejaba en el colegio y luego se iba a la feria. «A veces no podía llevarlo por mi trabajo», añadió. Declaró que lo castigó en casa sin ver la televisión o sin salir a jugar al fútbol. Negó que le llegaran cartas del colegio. El niño ahora estudia en el instituto y se encarga de llevarlo su hermano mayor, residente en otro barrio ourensano.

La madre confirmó los castigos en el hogar: «Yo le reñía, le decía que el colegio era una cosa buena, para que pueda sacar el carné», y contó que esperaban a verlo entrar en el centro, cuando ella iba en la furgoneta con su esposo a vender en las ferias. La exdirectora del colegio expuso que el niño tenía «faltas de asistencia abrumadoras. Nosotros seguíamos a rajatabla el protocolo y se mandaba una carta a los padres. No hubo colaboración por parte de ellos».

Otra docente que fue tutora del niño expuso que solo en una ocasión recibió un justificante médico, y que el niño, a pesar de estar en primero de ESO, tenía un nivel intelectual inferior. La educadora social declaró que le hizo ver a los padres que el niño tenía que estudiar. «De palabra eran receptivos, pero no se cumplieron los objetivos y me reconocieron que a veces el niño los acompañaba a algunas ferias».

Responsabilidad

La fiscala insistió en que son los padres quienes tienen la potestad del menor e incumplieron su responsabilidad y obligación de escolarizar al hijo. «Los padres no colaboraron ni demostraron interés ante las muchas faltas de asistencia. Cuando el niño falta a clase falta el día completo. Que fuera un menor desobediente no justifica sus ausencias». Destacó que los padres son los únicos que pueden conseguir que su hijo no falte a clase. «Tienen un trato cordial, pero pasivo, porque no han colaborado ni han puesto interés».

El ministerio público considera que las cartas enviadas por el colegio llegaron a casa y que hay indicios de que el niño faltaba todo el día para ayudar a sus padres en la venta ambulante. Pide una condena de cuatro meses de cárcel.

La defensa del matrimonio pide su absolución. Sostiene que la madre y el padre se preocupan por sus hijos. Ella no sabe leer ni escribir. «A lo mejor no tienen las facilidades de otras personas», dicen sus abogados, que llaman la atención sobre la cultura diferente de esta etnia. «Hicieron lo que estaba en su mano, de hecho quieren que el niño estudie para sacar el carné», añadieron.