Un fuego calcina en Pontevedra una droguería con 37 años de historia

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA/LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Las llamas causaron una gran humareda, alimentada por los plásticos y productos de perfumería

08 mar 2012 . Actualizado a las 15:17 h.

Treinta y siete años de trabajo reducidos a cenizas en cuestión de unos minutos. Pasaban de las siete de la tarde cuando una empleada de la perfumería Godoy, filial de Tito de la Peña, se percató de que se había iniciado un fuego en la trastienda del negocio.

Las llamas, en cuestión de segundos, generaron una fuerte humareda alimentada por los plásticos y los productos de perfumería puestos a la venta. La columna alcanzó varios metros de altura siendo perceptible desde la mayor parte del casco urbano.

De inmediato, los servicios de emergencia se desplazaron a la calle Oliva. Mientras los bomberos comenzaban a combatir el incendio, policía local y nacional desalojaban la calle y procedían a cortarla. Casi simultáneamente, la mayor parte de los vecinos de las nueve viviendas afectadas salieron a la calle.

Desde un balcón, dos vecinas de los pisos superiores gritaban angustiadas porque el humo acumulado en el portal les impedía bajar las escaleras y huir del fuego. La situación se agravó con otras dos inquilinas que no podían valerse por sus medios.

Una de ellas fue atendida por los propios sanitarios del 061 de una leve intoxicación, así como de ansiedad. Tras darle el alta, sus familiares, que la acompañaron en todo momento, se iban a hacer cargo de ella. Por su parte, el jefe del operativo de bomberos optó por acompañar a la otra persona en su domicilio hasta que la situación se calmase y pudiese ser observada por un médico. En todo momento se controló que los humos tóxicos no entraran en los domicilios particulares.

Mientras, en el exterior, los bomberos, empleando equipos de respiración autónoma y linternas -por momentos, el humo era tan denso que no dejaba ver más allá de medio metro- consiguieron extinguir las llamas. Acto seguido, procedieron a ventilar el interior del negocio, lo que, a su vez, generó nuevas oleadas de humo.

A falta del informe definitivo, las principal hipótesis pasa por un cortocircuito. Por su parte, el Concello de Pontevedra se mostró dispuesto a realojar a quien sea preciso.