Presiona a la UPG para lograr una redistribución del poder interno
25 feb 2012 . Actualizado a las 18:54 h.En las últimas semanas se lo fue dejando caer a quien quería escucharlo y ayer lo confirmó sin ningún titubeo. El diputado nacionalista Carlos Aymerich no tiene previsto marcharse del BNG, independientemente del camino que tome la asamblea de Máis Galiza (+G), la corriente política que él mismo lidera y que el 11 de marzo decidirá bien si se escinde o bien si continúa su andadura en el Bloque.
Al hilo de la reunión del consello político de +G, celebrado en la noche del jueves, Aymerich puso de relieve que al margen de la decisión que adopte colectivamente esta corriente, sobre su «permanencia ou non no Bloque», él tiene claro que se quedará. «Sempre dixen que eu non vou a marchar do BNG, a min botaránme do Bloque», comentó Aymerich a los periodistas del Parlamento, tras asumir en primera persona el mandato de «traballar» para que +G pueda continuar dentro de la formación frentista.
Aymerich hizo pública su determinación, pese a que en la asamblea nacional del BNG perdió el pulso interno que libró contra la UPG con el respaldo del Encontro Irmandiño de Beiras. Esta derrota desencadenó semanas después la escisión de los irmandiños e incluso la renuncia de Carlos Aymerich a continuar ejerciendo como portavoz parlamentario del BNG, cargo en el que fue relevado por Ana Pontón. Es más, en lo que parecía el inicio de una retirada, Aymerich incluso pidió su reincorporación como profesor a la Universidade da Coruña por entender que había agotado su «etapa» en el BNG, si bien ahora muestra más disposición para el retorno al poner sobre la mesa una negociación con la UPG dirigida a repartirse a partes iguales la gobernabilidad del Bloque.
Soluciones especiales
Desde el entorno de Aymerich y de +G se llegaron a invocar soluciones especiales para llegar a este reparto, que consistiría en forzar la dimisión de Guillerme Vázquez como portavoz nacional, al objeto de que su puesto lo pudiera ocupar una persona de +G, o por la celebración de una asamblea extraordinaria del BNG para trasladar a la dirección el peso de las dos sensibilidades y lograr una redistribución del poder interno.
Aymerich señaló ayer que continuar en el BNG significa «recoñecer» que en esta organización existen dos corrientes y admitirlo «a todos os niveis» de una forma que se pueda «verificar». Su posición es compartida por otros dirigentes de +G, especialmente los alcaldes, aunque de ellas discrepan abiertamente amplios sectores de las bases y las juventudes de Máis Galiza.