Friol, tierra de héroes

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

PRADERO

El concello lucense es el pueblo de José Villamor e Idoia Rodríguez

09 feb 2012 . Actualizado a las 12:13 h.

Friol es un concello del interior de Lugo. No más de 4.202 habitantes, y entre ellos hay dos héroes. Uno, de la Policía Nacional. Otra, en el Ejército. Son José Antonio Villamor, tragado el viernes pasado por el mar de A Coruña cuando intentaba rescatar a un estudiante de Erasmus, e Idoia Rodríguez, la primera soldado española muerta en un operativo internacional en el 2007 en Afganistán. Dicen los padres de Idoia que se conocían. Ella era un poco menor. «Agora tería 28», dicen. El concello es pequeño y sus aldeas no distan más de unos cuatro o cinco kilómetros en línea recta.

El lunes pasado el sol brillaba sobre O Burgo de Negral y sobre Bidueiro. El primero es el pueblo de Jose, o Josiño, como le apodan sus amigos en Friol. No se oía ningún ruido. Pura paz. Al lado de la carretera, dos hombres charlaban. Uno era el abuelo de José. «A vida, a vida é como é. Co bo rapaz que era. Todos o querían moito», decía con mucha pena el abuelo.

Ese día aún no había aparecido el cuerpo de su nieto. Lo hizo el jueves. Algunos colegas habían madrugado para ir a A Coruña. Los de la pandilla habían estado viajando todos los días. Son los de toda la vida. Esperaron al lado de la carpa instalada por Protección Civil. Isabel y Tito también estuvieron ahí en el Orzán. El lunes estaban en O Burgo porque tienen ganadería y habían regresado para atender la explotación. «Tes a esperanza de que digan que apareceu», comentaba Isabel. Al fin lo hizo, cuatro días más tarde. Ahora ya tienen un lugar al que ir a llorar.

Estaban muy unidos a este vecino. «Moita xente en Lugo pensa que somos primos», comentaba él. Porque no había día que Jose no fuera a ver a sus padres y no entrara por la puerta de casa preguntando «¿E logo non hai un café?».

«A casa viña moito, sobre todo entre semana», explicaban. Le gustaban las motos y recorrer el monte sobre dos ruedas.

Crecieron juntos, desde niños. Desde que vino de Londres y ellos de Bruselas y se convirtieron en vecinos. «Era amable con todo o mundo e preocupábase de toda a xente. A proba está aí», decía Isabel con lágrimas en los ojos. No podía dejar de emocionarse, igual que su madre, igual que toda la familia. «Todos os días tiña un sorriso e xa dende pequeniño era moi ocorrente», recuerdan. Y continuaron hablando de su nobleza, de que nunca había discutido con nadie y de como «sempre falaremos del en presente». «Merecen que os lembren sempre», aseguraban. Porque los héroes nunca se marchan. Se quedan. Están cerca. Los recuerdas.

Como Idoia

Igual que Idoia, que ahora da nombre a uno de los premios instaurados por el Ejército, la soldado Idoia Rodríguez, mujer en las Fuerzas Armadas. En Bidueiro, el abuelo de la soldado reposaba el lunes sentado junto a un quad. «Non houbo quen lle quitara iso da cabeza», decía. Y muestra dónde está la casa de su hija, madre de la que fue soldado de infantería. Su madre lleva una imagen de ella en la cadena y una sortija con el nombre de su única hija. Ha pasado el tiempo, este mes hará cinco años, pero el recuerdo está vivo.

Todo está igual

«Teño a habitación como a tiña, todo igual», comentaba. Como su marido, son conscientes de lo que es perder a un hijo y del dolor que están pasando sus vecinos de O Burgo. «É o peor que che pode ocorrer e non podes dicir nada», comentaban. En Bidueiro no se escuchaba nada de nada, quizá el viento acariciando la hierba, el sonido lejano de un motor y las vacas que vuelven de los prados al establo. Es la forma que tiene la naturaleza de rendir homenaje a todos los héroes.

El pueblo entero está con las familias. Con la de Jose y con la de Idoia. «O malo é que saiamos na tele sempre por desgrazas», comentaba una vecina. Y es que en Friol esas no son las únicas historias tristes. En el 2009, la carretera acabó con la vida de cuatro vecinos, cuatro muchachos. Todos de la misma generación. Fue otro golpe, seco como una bofetada.