La acuicultura gallega pide suelo apto y trámites ágiles para crecer

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Una inversión de 140 millones de euros está pendiente del plan director

04 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Llega -llegará, porque el plan director no se aprobará hasta la semana que viene- con «excesivo retraso», pero en plazo para que la acuicultura gallega pueda encauzar la senda del crecimiento. Lo dice Fernando Otero, gerente de Aroga (Asociación de Rodaballo de Galicia), que ayer ensalzó la planificación que se está haciendo, en el sentido de que la Estratexia Galega de Acuicultura se ha pactado con el sector y la filosofía que se busca para el desarrollo de la actividad es el adecuado.

Ahora bien, la hora de la verdad está por venir. Es en el plan director que irá al próximo Consello de la Xunta donde se podrá comprobar si Galicia hace o no una apuesta decidida por la acuicultura. Que se pueda avanzar en este terreno depende de si se reservan espacios técnicamente aptos para instalar plantas, si se garantiza una tramitación ágil de los proyectos y si las exigencias medioambientales que se imponen son asumibles y no comprometen la rentabilidad del proyecto.

Condiciones

Por eso el sector está a la espera de conocer los emplazamientos elegidos: «Si solo me dejan instalar a una cota superior a 30 metros y tengo que estar bombeando agua durante 24 horas al día, mi planta jamás será rentable», explica Otero. Si, como hasta ahora, se siguen tardando dos años en tramitar una instalación de este tipo, es «inaceptable». Y si, además, para garantizar la sostenibilidad ambiental «te obligan a distanciar del mar la planta o a enterrarla y se dispara el coste de construcción y mantenimiento, eso tendrá un efecto disuasorio».

El gerente de Aroga sostiene que, pese al retraso, todavía hay interés por construir plantas en Galicia. «No es el mismo que había hace siete años, pero hay iniciativas pendientes de que se apruebe el plan acuícola», dice Otero.

Sin ir más lejos, fuentes consultadas apuntan que hay un proyecto de grandes dimensiones -de una inversión próxima a los 140 millones de euros- para cultivar rodaballo y lenguado en Galicia que está a expensas de conocer si el plan director puede propiciar las condiciones de sostenibilidad económica para formalizar su solicitud.

La trucha pasa a Mar

Rodaballo y, sobre todo, lenguado son las apuestas gallegas más claras, pero el plan acuícola permitirá además abrir camino a la acuicultura continental, donde Galicia también es una potencia, sobre todo, en trucha. Y, precisamente, la gestión de la acuicultura de esta especie pasará a manos de la Consellería do Mar, hasta ahora en las de Medio Rural. Así las cosas, el sector espera conocer el plan director para saber algo certero de su futuro: «Sería dramático si con las posibilidades que tiene Galicia para la acuicultura marina y continental se tirase por la borda una fuente de ingresos extraordinaria», concluye Otero.