Ingenieros y doctores empiezan a nutrir la emigración a Alemania

maría cedrón BERLÍN

GALICIA

En estudios de arquitectura, en aceleradores de partículas de empresas estatales o en industrias como BMW ya se nota la presencia de profesionales gallegos

30 ene 2012 . Actualizado a las 11:21 h.

Son jóvenes y sobradamente preparados. Pero en lugar de jugar en casa, han optado por aprovechar la movilidad laboral que les ofrece Europa. Son los representantes de la nueva emigración gallega que reclama Alemania. Ingenieros, doctores en física, economistas, profesores y arquitectos que rondan la treintena. A diferencia de lo que ocurrió durante el gran éxodo de los años sesenta, cuando lo que importaba era trabajar a destajo por un sueldo mínimo, los componentes de esta nueva emigración no solo se han ido para escapar del paro porque aquí en Galicia la tasa de desempleados avanza a pasos agigantados y llega ya a un 18,3%. También por el afán de mejorar y desarrollarse en sus respectivos campos. Y algunos han encontrado empleo en BMW, en centros de investigación del Gobierno alemán o en empresas punteras que operan en la bolsa.

En esa aventura han encontrado pros y contras. En un lado de la balanza está el reconocimiento laboral que no encuentran en Galicia o España. Los ingenieros que empiezan allí pueden obtener un salario medio bruto que varía entre unos 45.000 y 55.000 euros al año. Alemania puede servirles también de trampolín para volver. Y es que, como comenta uno de los consultados, hay ingenieros a los que les han llegado a través de Linkedín ofertas para regresar, cuando en España la tasa de paro en el conjunto del sector es del 10 %.

En el otro está el competitivo mercado alemán, el idioma, el estrés, la marcha de un 43 % del sueldo en impuestos, un nivel de vida más alto que en Galicia (exceptuando Berlín) y, en el caso de los menos formados, el fantasma de los minitrabajos, una fórmula que está ahora a debate en España.

A trabajadores como ellos fue a los que, en enero del 2010, Angela Merkel invitó a mudarse para cubrir puestos cualificados en los campos de la ingeniería o la medicina. Ese país genera cada año unos 50.000 ingenieros. No llegan. Le faltan 12.000 más. Todo responde desde luego a un medido cálculo. Alemania, con una tasa de natalidad del 8,3 por cada mil habitantes, carecerá en el 2025 de trabajadores para puestos cualificados en buena parte de las empresas del Estado. Eso sería un duro golpe en el motor que mueve las turbinas de la economía germana, la industria.

Aquel llamamiento podría acelerar un proceso que todavía no recogen con exactitud las estadísticas. La llegada se concentraría, sobre todo, en el entorno de ciudades con mayor industria como Múnich o Stuttgart.

En la Embajada de España en Berlín aseguran que el nuevo éxodo de trabajadores cualificados resulta ser un fenómeno incipiente. Desde diciembre del 2010 al mismo mes del 2011, el número de españoles registrados ha aumentado en unas 4.000 personas. ¿Cuántos gallegos hay entre ellos? Los datos del Censo de Españoles Residentes en el Exterior indican que desde que Merkel hizo aquel anuncio hasta ahora hay 92 gallegos más, pero el dato hay que cogerlo con pinzas. Habría que ver cuántos han retornado o cuántos se han inscrito nada más llegar. Además, el desembarco comenzó hace unos años. Muchas veces de la mano de un Erasmus.