Cuando hace un tiempo Beatriz Sestayo, secretaria general del PSOE de Ferrol, tuvo que definir a Gerardo López Castrillón en una entrevista utilizó una sola palabra: «bonachón». El edil , que tuvo competencias en Tráfico y Obras, fue una de las caras amables del gobierno de Vicente Irisarri en la ciudad naval. En aquel tiempo nunca se vio envuelto en polémicas fuertes con la oposición y, cuando los socialistas ferrolanos se dividieron entre partidarios de Sestayo e Irisarri a finales del 2010, optó por la primera.
Castrillón nació hace 49 años en Ferrol. Es mecánico naval de profesión y durante su carrera profesional estuvo ligado al sindicato UGT, del que llegó a ser secretario general de Construcción e Madeira en la ciudad.
Durante su paso por Tráfico intentó mejorar la gestión de las multas y poner en marcha un ambicioso plan de movilidad que no pudo iniciar en la práctica, pero que el nuevo gobierno del PP estudia conservar.
Irisarri lo puso al frente de Obras para tratar de paliar el problema de la falta de conservación de las calles de Ferrol. Muchas veces también ejerció de portavoz oficioso ante grupos vecinales, precisamente por su carácter amistoso.
Quizá por eso, ayer pocas de las personas que lo conocen daban crédito a que pudiese estar implicado en la presunta trama para su beneficio personal. Incluso uno de los funcionarios de Obras señaló que «el concejal quizá sea el que menos culpa tiene». Pero eso es algo que ahora ya no depende de cuestiones de carácter, sino de las investigaciones de la Policía Nacional y, si finalmente fuese imputado, de la Justicia.
gerardo lópez castrillón, concejal del PSOE de Ferrol