Jueces, policías, llantos y diez cajas de documentación

xosé V. Gago / F. Fernández FERROL / LA VOZ

GALICIA

La operación duró más de cuatro horas y causó gran sorpresa en el consistorio

28 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

A las 11.30 horas, en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Ferrol, el alcalde explicaba que la policía estaba registrando el consistorio. Sobre su cabeza, en el segundo piso, los agentes empaquetaban cientos de documentos del departamento de Obras. Hasta entonces la operación de la policía había pasado casi desapercibida. Los agentes llegaron al Ayuntamiento vestidos de paisano y llevaron una furgoneta civil, sin identificación alguna, para llevarse la documentación y los ordenadores que eran su objetivo.

Los funcionarios sabían que algo pasaba. El juez decano de Ferrol, Alejandro Morán Llordén, y el comisario de la Policía Nacional en la ciudad, Ángel Casanova, habían llegado al consistorio a las nueve de la mañana y subido directamente al despacho del alcalde para anunciarle la operación. Explicaron al regidor qué buscaban, y este llamó uno tras otro a los funcionarios que les ayudarían: el interventor, el secretario, el responsable de Informática, el abogado del Ayuntamiento...

Organizaron una comitiva que recorrió uno por uno los departamentos en los que podría haber pistas de la trama: Obras, Contratación, Servicios... Los funcionarios alucinaron, algunos se quejaron de forma airada por las cámaras de la prensa, pero la colaboración de los trabajadores, según un miembro del operativo policial, fue «en general, impecable».

Expresiones desencajadas

Los rostros entre sorprendidos y algo divertidos de algunos concejales contrastaban con las expresiones desencajadas de los socialistas. Una concejala incluso lloró al enterarse de lo ocurrido. López Castrillón no llegó a tanto. Con aspecto sombrío, salió del negociado de los socialistas sin hacer mucho ruido, dijo que no sabía nada del asunto y evitó hacer declaraciones.

En el negociado de Obras la preocupación también era evidente. Una de las funcionarias no dudó en calificar el operativo policial de «una exageración» y subrayó que allí «todo se había hecho bien siempre».

Un testigo del registro señaló que los policías se habían hecho «unas cuantas cruces» al comprobar lo «muy complicado» que es el funcionamiento interno del Concello de Ferrol, en el que no es raro que los trámites comunes se prolonguen durante largos períodos de tiempo.

En Obras pidieron varios expedientes concretos, pero los funcionarios les dijeron que podrían tardar «una semana» en reunir esos documentos en particular. Así que, según el mismo trabajador, «se llevaron todo lo de esos años y arreando».

A la una y pico la polvareda despejó. La policía metió cajas y cajas de documentación en la furgoneta y se fue. La comitiva del juez se disolvió. Los nombres de los dueños de los ordenadores incautados ya eran vox populi y empezaron las conclusiones típicas. «Esto era cuestión de tiempo», señaló un funcionario mirando a las cajas.