José Antonio Villamor Vázquez, un hijo de la emigración que volvió a Galicia tras un destino en Canarias
GALICIA
Pasó parte de su niñez y de su adolescencia en Friol hasta que falleció en el Orzán
19 nov 2019 . Actualizado a las 13:20 h.«O que ten de grande teno de bo». Delia Rodríguez -residente en el barrio de Burgo de Negral, en la parroquia de Pacio (Friol)- se refería así ayer a la complexión física y al carácter de José Antonio Villamor Vázquez, uno de los policías desaparecidos ayer.
En este barrio pasó parte de su niñez y de su adolescencia, aunque nació en Inglaterra, adonde emigraron sus progenitores. Su padre es del municipio de Lugo, y su madre, de este lugar de Friol. Segundo de tres hermanos -la mayor, nacida también en Inglaterra, es funcionaria en la Comunidad Valenciana, y el menor, nacido tras el regreso a Galicia, trabaja en una cooperativa cuya sede no está lejos de la casa familiar-, orientó su vida para ser policía tras haber iniciado estudios de Electricidad. Canarias fue su primer destino.
A la casa donde viven sus padres, su hermano menor y su abuelo materno acudía con bastante asiduidad. Esa frecuencia era posible sobre todo desde que su destino profesional pasó a ser A Coruña. Mientras se acercaban familiares y amigos para interesarse por la situación y mientras su hija, su yerno y su otro nieto esperaban noticias en A Coruña, el abuelo por parte de madre, Jesús Vázquez, comentaba que habían pasado pocos días desde la última visita.
En las visitas a casa y en esas conversaciones con allegados el fútbol es materia de conversación habitual. El Barcelona es el equipo favorito de José Antonio, el mismo por el que siente predilección su padre: esa cuestión lo llevaba a polemizar con José Busto, tío de su madre, que también recalcaba las cualidades del sobrino.
El abuelo describe al nieto como aficionado a nadar -lo hacía en la playa fluvial de Friol-, fumador de tabaco negro, abstemio y buena persona: «É bo. Non o digo eu só, dino todos os veciños», subraya. Tiene novia, residente en Lugo según comentarios familiares. Pero también parece más que probado que una parte de su corazón estaba reservado para este pueblo de Friol, en el que alguna vez ayudó a organizar una fiesta popular por el San Xoán y donde los vecinos se definen como una gran familia.
«É bo. Non o digo eu só, dino todos os veciños», comenta el abuelo del agente