A miles de ciudadanos nunca se les olvidará el puente de la Constitución del año 2010. El tráfico aéreo quedó colapsado en toda España por el abandono de los controladores, que aducían haber cumplido el número máximo de horas trabajadas.
La estampida sumió en el caos al país y situó a los controladores como blanco de la ira popular. Aquel conflicto que se extendió en diciembre a todos los aeropuertos tuvo su origen en Lavacolla. Ya en noviembre los controladores de Compostela denunciaban haber soprepasado el número de horas. El abandono de sus puestos generó numerosos retrasos y cancelaciones antes de que en diciembre se llegara a cerrar el espacio aéreo. El litigio sigue su curso. Aena abrió 451 expedientes, enviándolos a la Fiscalía, y en Santiago ya ha despedido a un controlador y ha trasladado a otros dos.