Los expertos consideran que vuelve a ser la ruta preferida de los carteles colombianos al fracasar otras alternativas
11 dic 2010 . Actualizado a las 02:03 h.Galicia va camino de recuperar su protagonismo tradicional como puerta de entrada de la cocaína que llega al mercado europeo por vía marítima. Las rutas alternativas ensayadas en los últimos años por las grandes organizaciones colombianas para sortear las altas tasas de eficacia de los servicios antidroga españoles no han conseguido consolidarse. Los datos que manejan los expertos los llevan a pensar que la ruta gallega vuelve a ser la preferida de los colombianos. Sospechan que están preparando ya la consolidación de la logística necesaria.
Para ello, el principal problema que tendrán que resolver es la recuperación de la infraestructura de desembarco -en la que tradicionalmente han jugado un papel clave las planeadoras-, que ha quedado seriamente tocada en la denominada operación Tabaiba, en la cual cayeron los pilotos más experimentados y cotizados, quienes han culminado el desembarco de numerosos alijos en la última década.
La excarcelación de la mayoría de los veteranos detenidos, previo depósito de módicas fianzas, está facilitando en gran medida la recomposición de esa infraestructura. Ellos serán piezas claves para captar y adiestrar a una nueva generación de pilotos dispuestos a jugársela a cambio de sumas de dinero muy tentadoras en tiempos de crisis. Los expertos consideran que la nueva política judicial en materia de drogas, que es menos disuasoria que nunca, también contribuirá a captar mano de obra especializada en el sector más lucrativo de la economía delictiva.
?Los contenedores
La utilización del sistema de contenedores para el gran tráfico de cocaína, aprovechando el tránsito internacional de mercancías legales entre Latinoamérica y Europa como cobertura, ha existido desde siempre. Durante mucho tiempo ha sido solo una vía de uso limitado por resultar excesivamente cara, ya que requiere la implicación de sociedades legales que tienen mucho que perder, especialmente cuando cuentan en su haber con una trayectoria empresarial acreditada.
Su uso se generalizó progresivamente, a medida que fue creciendo la tasa de eficacia en los abordajes en alta mar de embarcaciones que solo transportaban droga (mercantes, veleros, pesqueros) y que se fueron consolidando en nuestro país estructuras de gestión del negocio montadas por los carteles colombianos.
La reciente operación Guadaña-Fouciño sacó a la luz en los últimos meses la que, según todos los indicios, era la estructura empresarial delictiva más sólida y estable montada hasta la fecha por los carteles colombianos en España.
Su especialidad era precisamente el tráfico de cocaína vía contenedores y estaba dirigida desde Madrid por un ciudadano con pasaporte mexicano, hoy preso en la cárcel de A Lama, que tenía por debajo de él a un centenar de personas y por arriba solo rendía cuentas a la cúpula del cartel El Dorado, liderado por Lucho Caicedo, el capo de capos hasta su detención el pasado mes de junio en Palermo (Argentina).