El urbanista José González-Cebrián observaba hace unos días que la peculiar ordenación del territorio gallego responde a una clave cultural, y eso suena a cuestión que va para rato.
- ¿Es una cuestión cultural?
-La buena ordenación tiene mucho que ver con una sociedad culta, sensible, lo que podemos admirar de tantos países, donde los regímenes políticos y económicos son iguales que los de España, pero hay aspectos que ya están resueltos. La ordenación territorial no es tema de discusión en Alemania, en Dinamarca; sí en Grecia, Italia, España, que en la posguerra europea entraron por una vía de entendimiento del urbanismo como negocio. El urbanismo inglés es muchísimo más elemental y sencillo, pero tiene un grado de transparencia y de acercamiento a lo privado que facilita que haya cosas que a nadie se le ocurre plantear. Hay una mayor cultura del pacto. En estos momentos de desarrollo democrático en nuestro país, la cultura del acuerdo es imprescindible.
- ¿Sirve el Proxecto Terra para difundir esa cultura a través de la escuela?
-El Proxecto Terra es un ejemplo de las cosas que se pueden hacer. Es una iniciativa cultural que surge del COAG, pero después prende el interés entre el profesorado -primero de enseñanza secundaria y luego de la primaria- por difundir el entendimiento del territorio, el urbanismo, la arquitectura, el patrimonio, que son instrumentos para construir el presente, en los medios escolares y educativos. Desde hace seis años, la Xunta viene financiando el proyecto, independientemente de quien gobierna. Estos sí son proyectos de país, que todo el mundo entiende como favorables.