Feijoo se propone que su Ejecutivo, y no la Cámara, lidere la reforma estatutaria

Luís Villamor SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

El presidente gallego iniciará contactos con los líderes del PSdeG y BNG en septiembre u octubre

16 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La reforma del Estatuto arrancará del Ejecutivo y no del Parlamento, como pretendieron ayer en vano los socialistas, al proponer en la junta de portavoces de la Cámara el impulso de una ponencia conjunta para articular un nuevo texto. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo, pilotará la reforma antes de que el Parlamento mueva ficha, y será con invitaciones al diálogo a Manuel Vázquez (PSdeG) y Guillerme Vázquez (BNG), después de que se presenten los Presupostos de la Xunta, que deberán entrar en O Hórreo, como fecha límite, el 20 de octubre.

Los socialistas pretendieron abrir la comisión antes del verano, pero el grupo popular puso el mes de septiembre, «como mínimo», como fecha de inicio de las primeras tomas de contacto en O Hórreo, que, en cualquier caso, no se producirán antes de que Feijoo pueda conocer los puntos de vista de los líderes socialista y nacionalista, según explicó el portavoz popular, Manuel Ruiz Rivas. El presidente de la Xunta puntualizó que, a la hora de trabajar en la reforma estatutaria, apuesta por conseguir «o bo» si no fuese posible lo «óptimo», que vendría dado por un acuerdo entre los tres partidos. En todo caso, puso por delante que la reforma ha de ser «constitucional».

En las filas socialistas, Xaquín Fernández Leiceaga aceptó el aplazamiento hasta septiembre, en la creencia de que el verano y las «frías augas» atlánticas favorecerán la reflexión, y recordó que «un 95% do texto da anterior lexislatura serve e ademais está a sentenza do Tribunal Constitucional, elemento que usou o PP para oporse ao inicio dos traballos».

Los socialistas afirman que se avanzó mucho en la pasada legislatura en materia de derechos y creen que el deber de conocer el gallego «pode formar parte do Estatuto», así como el término nación, «aferrándose a unha realidade sociolóxica». «Isto permitiría un Estatuto plenamente respectuoso coa orde constitucional», sostuvo Leiceaga.