Traballo evaluará si es peligroso ser percebeiro o buceador

La Voz E. A. | REDACCIÓN

GALICIA

El colectivo reclamará poder jubilarse a los 57 años, en lugar de los 62 de ahora Los profesionales consideran que su labor tiene más riesgo que la de otros mariscadores

27 mar 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?urante meses han estado tocando puertas para conocer el grado de apoyo a su reivindicación. Y ahora tendrán, por fin, la oportunidad de sondear el respaldo de la Administración. Percebeiros y buzos recolectores gallegos se reunirán este viernes con técnicos de prevención de la Consellería de Traballo que evaluarán si ambas profesiones son o no de riesgo y si pueden ser vistas como actividades laborales peligrosas, como se consideran las que realizan los mineros, los toreros o el personal de vuelo. Ese reconocimiento que persiguen es sólo un primer paso, necesario e imprescindible en el camino para alcanzar una meta: que las autoridades les permitan jubilarse a los 57 años, en lugar de los 62, como ahora está establecido. Es cierto que hasta hace poco más de dos años, percebeiros y buceadores que se dedican a la recolección de especies marinas no tenían más remedio que esperar a cumplir los 65 años para decir adiós a su oficio. Fue a finales del 2004 cuando el Ministerio de Trabajo aprobó unos coeficientes reductores para la bajura y para los profesionales del marisqueo. El de estos últimos quedó establecido en un 0,10 -un año menos de trabajo por cada diez años cotizados-, una rebaja que los profesionales que faenan al percebe consideran «insuficiente», pues creen que, aunque todas las actividades «teñen o seu aquel», no es lo mismo «ir á ribeira a apañar ameixas» que «andar a saltos polas pedras», dice José Nuñel, ex presidente de los percebeiros de Corme y uno de los más acérrimos defensores de la jubilación anticipada para el colectivo. Y es que para saltar de piedra en piedra, la edad es un plus de peligrosidad. Lo mismo argumentan los profesionales que desarrollan su trabajo sumergidos a 10 o 15 metros de profundidad, algunos en apnea, otros con compresor y algunos con botellas, pero todos expuestos a los riesgos de sufrir enfermedades cardiorrespiratorias en la recta final de su vida laboral. Así las cosas, tanto los percebeiros como los buceadores recolectores reclaman que ese coeficiente se eleve, al menos, hasta el 0,20 -dos años menos por cada 10 trabajados-, un nivel aún por debajo del que disfrutan los marineros que faenan en Gran Sol, los que están enrolados en buques mercantes -a ambos se le aplica el 0,30- e, incluso, de los estibadores, que restan tres años y medio a cada decenio trabajado.? Tras esos dos frentes, aún les queda dar lo batalla para que se reconozcan las enfermedades inherentes a su trabajo como profesionales y se permita mejorar la cotización al seguro.