Un cartel de carteles

La Voz

GALICIA

J. Á. FARIÑAS ANÁLISIS Las redes desarticuladas movieron más de 50 toneladas de cocaína en dos años

15 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

QUEL trabajo, al final, resultó refrendado y ampliado por la decisión de colaborar voluntariamente con la justicia española primero por parte del gallego Vilas Sieira y, más tarde, de los colombianos Alfonso León Fernández y Diego Fernández Duque El grupo, conformado por ciudadanos colombianos y españoles, se dedicaba al transporte de ingentes cantidades de cocaína para su posterior distribución en el mercado europeo, especialmente en Reino Unido, la Reina en el argot de narcos. En la cúpula de esta organización, aparecen los procesados rebeldes Osiris y Jaime Duarte, Alfonso Ospina, Alejandro Bernal, Carlos Alonso Cárdenas, Jorge Mauricio Sánchez Vidal, Mauricio Mejía Toro y Santiago Vélez Vélez. En las operaciones realizadas con destino al mercado europeo, que requerían grandes cantidades de cocaína y unos recursos financieros nada desdeñables, montaron una joint venture -agrupación temporal de empresas- los cárteles de Bogotá y de la Costa. La operativa era siempre la misma. Adquirían en Bolivia y Perú el 70% de la pasta base de coca y el 30 % restante en Colombia, en zonas controladas por la guerrilla o los paramilitares, a los que pagaban un peaje por servicios de seguridad. La elaboración de la cocaína se hacía en laboratorios clandestinos de los propios carteles y los paquetes se marcaban con el mismo logotipo. Cuando la pasta era de procedencia peruana, la transportaban por vía fluvial a través del Amazonas y la procesaban en Puerto Leticia, en la frontera de Perú y Brasil. La boliviana la transportaban por vía aérea hasta Florencia-Caquetá o los Llanos Orientales en Colombia. Desde ahí la cocaína viajaba en camiones de ganado hasta el lugar de almacenaje previo al embarque. El transporte intercontinental lo efectuaban en grandes buques nodriza propiedad de los cartel, cargando a 100 o 150 millas de la costa con lanchas rápidas o pesqueros. Entre Las Canarias y Azores se hacían cargo del transporte organizaciones radicadas en España que se ocupaban también de ocultar la droga hasta su posterior traslado a bodegas o caletas ubicadas en la periferia de Madrid. Una vez efectuadas las transacciones, la organización utilizaba diferentes sistemas para hacer revertir a Colombia los beneficios obtenidos del negocio. Esta es la parte en la que menos avanzaron las investigaciones hasta la fecha. Con esta operativa, según las conclusiones de la fiscalía, movieron unos 52.000 kilos de cocaína entre los años 1997 y 1999.