El dragón sigue dormido

Xurxo Fernández Fernández
x. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

CEDIDA

Paciencia y actualización pedagógica, claves para los técnicos gallegos en China

23 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Hebei Fortune ascendió hace un par de temporadas y se vino a preparar en España su debut en la Superliga. Pendiente aún de ampliar su catálogo de extranjeros, para la precampaña se recurrió a los futbolistas patrios del plantel. «Jugamos contra varios equipos de Segunda B y Tercera. Perdimos todos los partidos». Félix Fernández Cao ejerce de preparador físico en el conjunto que en el 2016 acabó séptimo en la máxima categoría del fútbol chino, dirigido desde mitad de curso por el chileno Pellegrini. Cuenta por teléfono su experiencia en un club y una competición que «han crecido muchísimo en los últimos años». Si su club ha invertido grandes cantidades en material e infraestructuras, «algunos de los grandes han gastado más de dos millones de euros solo en equipamiento». Una enorme apuesta, en recursos y personal extranjero, que hace aún más evidente la mediocridad del producto de casa. «El nivel del jugador nacional es muy bajo todavía. Es gente que está bien en el aspecto físico, muy trabajadora, pero que en cuestiones técnicas y tácticas aún tienen que mejorar muchísimo», sostiene el técnico ourensano.

¿Qué provoca tanta distancia frente al profesional importado? Borja Montero cita la tradición entre los motivos. «Aspectos como el tratamiento de lesiones, por ejemplo, están condicionados por la costumbre. Es difícil hacer que eso cambie. Y así ocurre con muchas otras cosas. Es fácil ver a futbolistas atiborrándose de comida antes de los partidos», detalla el gallego (de Pantón) encargado de afinar a los porteros del Sichuan Guancheng. La desactualización trasciende al deportista y afecta también a los cuerpos técnicos. «El entrenador nacional suele apostar por un método analítico, más repetitivo. El extranjero emplea un método global, que suele resultar más difícil porque aquí no se le presta demasiada atención a los aspectos cognitivos», detalla Jorge Álvarez, gijonés que se afincó en Porriño mucho antes de acabar como preparador físico en el Henan Jianye.

Método global o analítico

Fernández Cao se apunta a esta teoría: «Muy pocos entrenadores chinos siguen las pautas que más se utilizan en Europa hoy en día. Emplean otras en desuso desde hace años; un trabajo analítico. La última generación, más influenciada por profesores de fuera, sí está experimentando un mayor progreso». De ahí la importancia de la legión extranjera. «La contratación de jugadores y técnicos de alto nivel ha producido un enriquecimiento muy grande. El salto ha sido enorme y muy rápido», esgrime Montero. ¿Por qué? «Contar con extranjeros hace que la calidad del entrenamiento mejore y que el futbolista nacional tome ejemplo en aspectos como la alimentación o el descanso», explica Fernández Cao, contrario a la reducción del número de foráneos implantada para este curso. «En Rusia hicieron lo mismo para promocionar su selección y ahí está el resultado. Fue malo», señala.

Una inversión en importaciones cuya utilidad por encima de este aspecto formativo parece nula, como destaca Álvarez: «Es difícil entender cómo se recupera. Aquí no se venden camisetas, no hay tiendas oficiales. Tampoco se negocian derechos televisivos y las entradas son baratas, no parece que salga mucho dinero de su venta».

Así pues, la meta es crecer, y ahí los tres técnicos gallegos vuelven a estar de acuerdo. Hará falta paciencia. «La apuesta es reciente y aún no han alcanzado un buen nivel competitivo». Lo resume Montero: «El extranjero que llega lo hace con la misión de aportar, de enseñar a quienes le rodean. Será clave que sepan esperar a que los resultados lleguen, y si lo hacen probablemente con años el fútbol chino será competitivo a alto nivel».

«La inversión en formación es enorme»

«Quieren que el fútbol sea importante en el país y han empezado a construir esa casa por dos partes al mismo tiempo: el tejado y el suelo -resume Jorge Álvarez-. Para el tejado han traído jugadores de renombre, destinados a servir de ejemplo, a generar afición, pasión, que haya un vínculo con los equipos. Para los cimientos están las escuelas».

Centros formativos que constituyen «la gran duda» de Borja Montero: «Aunque no se hable mucho de eso fuera, esa es la apuesta principal del Gobierno. Se están creando escuelas constantemente, algo descomunal. La inversión es enorme. Las generaciones que se beneficiarán de ello sí están en condiciones de completar un proceso adecuado desde la base, mamar fútbol desde niños. Con una apuesta tan alta, bastaría con que menos de un 1% de quienes reciben la formación la aprovechasen al máximo para acabar teniendo un gran número de futbolistas de alto nivel. Pero esta fórmula puede atraer también a mucho buitre, como cualquier moda. Se mueve muchísimo dinero y es una tentación para inversores para los que lo de menos sería el niño y su futuro en el fútbol; que primen el negocio. Hacen falta controles cualitativos. Y mucha, mucha paciencia».

Ampliar el número de ligas

«Se han creado gran cantidad de escuelas y se ha implantado el fútbol como asignatura obligatoria en los colegios -amplía Félix Fernández Cao-. El siguiente paso debería ser crear ligas competitivas. Solo hay una liga paralela de equipos reservas, un equipo sub15 y uno de alevines que participan en campeonatos por todo el país. Eso me parece insuficiente. Se deberían crear ligas zonales para que los chavales no solo entrenen durante la semana sino que haya partidos en fines de semana».