Dos mujeres frente a 618 hombres

Iván Antelo REDACCIÓN / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

Solo dos equipos han presentado el pasado fin de semana la licencia de una fémina para dirigir a los diferentes equipos sénior que componen el mapa del fútbol gallego, incluido el femenino

26 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las mujeres prosperan en casi todos los ámbitos del fútbol. Cada vez hay más aficionadas en las gradas, también proliferan las practicantes apoyadas en el boom de Verónica Boquete, aumentan los equipos federados, aparecen colegiadas de alto nivel y hay directivas que se animan a coger las riendas de los clubes. Sin embargo, el banquillo parece un territorio exclusivo para los hombres.

De los 562 equipos que componen el fútbol gallego, desde Primera División a Tercera Autonómica, no hay ninguno que haya apostado por darle las riendas del vestuario a una mujer, a pesar de que los cursos de formación son mixtos. Sin embargo, la cifra asombra aún más analizando el fútbol femenino, en donde los ocho equipos gallegos de la Segunda División nacional están en manos de hombres. Un peldaño más abajo, solo el Lavadores le ha dado el timón a una dupla femenina que lidera Autora Ferros, acompañada de María Besada. Ella es la entrenadora de más nivel en Galicia. En Segunda, la última categoría del fútbol femenino, tan solo hubo un equipo (de 34) que el pasado fin de semana presentó ficha de entrenadora. Y fue el Rápido de Bahía.

Los cursos

Las mujeres tampoco son asiduas a los cursos de entrenadores. Solo dos se han atrevido a iniciar el nivel 3 desde que Manuel Mosquera y su equipo de trabajo entró en la Escuela, hace cuatro años. Son Sara Vázquez Aldrey, que acompaña a 26 hombres en la delegación de Vigo; y Covi Regueiro, que hace lo propio con 21 en Lugo.

Si ampliamos la lupa hacia los niveles 1 y 2, del medio millar de inscritos en los cursos de la Federación Gallega de Fútbol, las mujeres pueden contarse con los dedos de una mano. Además de Sara y Covi, hay una chica en Boiro, A Coruña y Pontevedra (la hermana de Sara). «Se nota mucho que algo está cambiando porque en los cursos de Monitor, el vivero del nivel 1, ya se han inscrito muchas», advierten desde la FGF.

«Una mujer en el banquillo es tan normal como que un hombre haga ballet»

A Sara Vázquez Aldrey (Portas, 1994) no le asusta el reto de entrenar. Desde que una lesión le obligó a dejar de jugar con 18 años, buscó seguir vinculada al fútbol dirigiendo a equipos de base del CD Portas. También es segunda entrenadora del sénior y seleccionadora pontevedresa sub-12.

«Hay pocas mujeres en el fútbol porque seguimos viviendo en una sociedad aún muy machistas, en donde el fútbol es deporte te hombres. Aún tiene que cambiar mucho la mentalidad de algunas personas. Ver sentada a una mujer en el banquillo dando órdenes no es lo más normal por la mentalidad de las personas. Para mí es algo normal, tanto como que un hombre haga ballet», dice.

Sara decidió ser entrenadora «para poder enseñarles a otros a jugar y mejorar» y por ello sueña «con algún día sentarme en un banquillo de Primera División». Quiere demostrar «que las mujeres también sabemos de fútbol».

Sus referentes, además de su padre, son «Rafa Sáez, Manu Mosquera, Paco Herrera y muchos más». «Entiendo el fútbol como un deporte de equipo, en el que todos los jugadores son importantes y pueden aportar algo», dice. En la actualidad, se encuentra en Perpignan para pasar 92 días en un club (Canet CF), becada por la Federación.

«A muchas chicas les gusta entrenar, pero creo que les da corte el rechazo»

El fútbol le gusta desde siempre. Covi Regueiro (Lugo, 1979) es la capitana de un equipo femenino que milita en la Segunda División nacional, el Friol. «Este año queremos quedar lo más arriba posible, pero la fase de ascenso es muy complicada, no dejamos de ser un pueblo que tiene 4.000 habitantes y competimos contra equipos con muchos más recursos», reflexiona.

El gusanillo de entrenar se le metió en el cuerpo dirigiendo a las categorías inferiores del club y tener la oportunidad de formarse en Lugo fue definitoria. «Hay muchas más licencias de jugadores masculinos y por eso también hay más hombres en el curso -argumenta-. Sé que a muchas chicas les gusta entrenar, pero creo que les da corte un posible rechazo». Al contrario que Sara, Covi descarta que el fútbol sea machista y cree que a veces es más el propio prejuicio de la mujer el que la frena: «Yo siempre me he sentido muy respetada por todo el mundo. Es verdad que hay gente que va al campo a desahogarse, pero a veces la mejor forma de vencer esas presiones es, precisamente, demostrando que eres indiferente a los comentarios».

Guti en el campo y Emery en el banquillo son sus referencias. Covi sabe que será complicado vivir del fútbol, pero cree que lo importante es «no perder la ilusión por hacer lo que te gusta».