Tras una primera temporada como sénior aciaga, el portero de 20 años está causando sensación en el presente curso
27 ene 2015 . Actualizado a las 19:08 h.No hay mejores compañeros de viaje para un deportista que el trabajo y la tenacidad. Y David Gómez (El Temple, Cambre; 11 de abril de 1994) está demostrando que es de los que no se rinden. Que es de los que luchan con tesón, contra viento y marea, contra todas las barreras que se le ponen por delante.
Considerado desde hace tiempo como uno de las grandes promesas del Deportivo, tuvo un discreto debut con el Fabril en una pasada temporada aciaga, en la que no demostró su verdadero potencial. De hecho, el club acabó repescando en enero a Marc Martínez (ahora en el Somozas) para que no se quemara, ante la falta de suerte y autoconfianza bajo palos.
Pasó el verano y un nuevo David ha emergido con fuerza en Abegondo. Justo cuando el club firmó a otro cancerbero como el portugués Rafa Veloso que parecía que iba a enviarle al banquillo, el coruñés ha sacado lo mejor de sí y se ha convertido en una de las grandes claves del despegue fabrilista en los últimos meses. Manuel Mosquera le ha dado confianza y el meta responde con creces.
De los quince partidos que ha jugado (se perdió los duelos entre las jornadas 3 y 9 por lesión), ha conseguido dejar la portería a cero en ocho. El As Pontes es el único equipo que ha conseguido marcarle más de un gol en un duelo (2-1, en O Poboado) y en total lleva ocho encajados en 1.350 minutos. Es decir, encaja un tanto cada 169 minutos. Números que asustan por sí solos.
Pero lo de David no solo son cifras. Ha sido vital en partidos que se resolvieron por la mínima como contra el Choco (1-0) y el Laracha (1-0); o el último empate conseguido en Cerceda (0-0), en el que realizó un paradón a bocajarro cuando el partido agonizaba, en el minuto 94.