«Claro que se puede bailar cumbia como si fuese ska»

TEXTO: CARLOS CRESPO

FUGAS

cedida

Tremendo arsenal de ritmos el que despliega este arrebatador combo multicultural

31 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Van una inglesa, dos mexicanos y un español y montan una banda. Suena a inicio de chiste pero no lo es. Todo lo contrario. Desde que esa confluencia se produjo, hace ahora una década, Jenny and The Mexicats no han dejado de crecer y de girar con su explosiva e irresistible fusión de cumbia, flamenco, rockabilly, jazz y reggae. A Galicia llegaron hace tres años vía Portamérica y desde entonces es escala recurrente. «La conexión ha sido brutal», apunta Icho, el contrabajista mexicano del cuarteto.

-¿Se puede llegar a decir que la música latina está de moda?

-No sé si de moda, pero desde luego está abriendo muchos campos. Nosotros, que giramos por muchos países europeos, lo notamos constantemente.

-Lo que más triunfa es el reguetón.

-Muchas veces nos preguntan que cuándo haremos un reguetón. Pero la realidad es que no nos gusta. Por eso no lo hacemos ni lo vamos a hacer. Respetamos toda la música que hacemos. Hacer un género solo porque está de moda sería una falta de respeto al género y, sobre todo, a nosotros mismos.

-¿Por qué creéis que encaja tan bien vuestra propuesta en países no latinos?

-Uno de los problemas que tienen algunas músicas latinas, como la bachata o la salsa, es que parece que hay que saber bailarlas para disfrutarlas. Lo que hacemos nosotros la gente lo baila pero de una manera distinta. Puede bailar una cumbia como si fuese un ska. La gente siente y entiende el ritmo pero no como en un salón de baile. Digamos que es como una manera descafeinada de hacer música latina [se ríe].

-Puestos a fusionar incluso hay fusiones vuestra música con electrónica.

-Una canción nuestra se coló, no sabemos por qué, en un chart alemán de Dj’s. Uno de ellos nos propuso hacer un remix del tema. Y, mira, resultó que nuestra música encaja bien ahí.

-¿Sois un grupo más de salas o de festivales?

-Nosotros empezamos a tocar en bares para 30, no en festivales para 3.000. Los festivales fue lo último que nos llegó. Nuestro territorio natural son las salas.

-Al principio ni siquiera preparabais setlist para vuestros directos.

-Ahora ya hemos aprendido a leer los conciertos con antelación. Lo que normalmente hacemos es llegar, ver el lugar, al público y hacer el setlist diez minutos antes de salir, cuando ya sentimos qué es lo que va a pasar.

-En vuestro último disco convertisteis los agradecimientos en una canción.

-Ya nadie compra ni ojea el disco. Entonces pensamos en cómo íbamos a hacer llegar esos agradecimientos a la gente que nos apoya. Y a Jenny se le ocurrió meter todos sus nombres en una canción y rapearlos. La verdad es que quedó algo muy original.

-¿Es Jenny la que lleva la voz cantante a la hora de componer?

-No, lo hacemos entre todos. Depende de la canción. No tenemos tabúes ni límites, que es algo que suele pasar en muchas bandas, que se ponen reglas. A nosotros nos vale todo, siempre que la canción funcione. No somos nosotros quienes decimos que sí o que no a algo sino la propia música.

-¿Son vuestros gustos, como vuestra música, igual de eclécticos?

-Tenemos gustos muy diferentes. A mí me gusta la música, digamos, antigua. Escucho mucho del punk hacia atrás. Yo tocaba en un grupo punki y en otro rockabilly. Esta banda ha sido la que me ha abierto a cosas más modernas.