La banda sonora perfecta de una tarde de verano

FUGAS

La combinación se antoja perfecta y apta para todo tipo de públicos: música en directo, paisaje, puesta de sol, un vino o una caña... Si primero fueron las sesiones vermús, la tendencia más «cool» de este verano son los conciertos entre «lusco e fusco». Galicia cuenta con buenos ejemplos

07 jul 2017 . Actualizado a las 09:40 h.

Dispares teorías justifican el fenómeno. Desde que nos estamos europeizando hasta que por fin estamos aprendiendo a sacarle partido a recursos naturales como las puestas de sol, que en otras latitudes -léase por ejemplo Ibiza- hace años se convirtieron en reclamo turístico. El caso es que ahí están y todo indica que han venido para quedarse, como no hace mucho lo hicieron las sesiones vermú. Nos referimos, claro, a los conciertos al aire libre y al atardecer en lugares desbordantes de encanto y casi siempre con el mar como telón de fondo.

A pie de playa

Oscar Vázquez

1. El Náutico 

Dos propuestas de conciertos vespertinos coinciden en situar su escenario casi sobre la arena. Es más, en El Náutico de O Grove hay ocasiones en que se sitúa directamente sobre ella. Recuerda su propietario, Miguel de la Cierva, que hace 15 años ya a grupos como Tangata o Piccola Bottega Baltazar el salitre se les pegaba por la tarde a la espalda. Pero es de unos años a esta parte cuando ese horario ha ganado protagonismo hasta el punto de que, señala, «si por mi fuese, en tres o cuatro años no haría conciertos de noche». Fue Iván Ferreiro el primero que le reclamó abandonar la una de la madrugada -tradicional horario de los conciertos del Náutico- y pasarlos a las ocho de la tarde. «La magia que se generó fue increíble porque, a fin de cuentas, de noche esto es un garito más, sin embargo el atardecer es impresionante». Tanto es así que El Náutico ha ido basculando la mayor parte de sus conciertos a ese horario. Este verano actuarán a las ocho de la tarde Coque Malla, Taburete, Mikel Erentxun, Los Secretos, Rozalén o Dayna Kurtz, entre otros.

2. Playa Club

También a un palmo del mar se sitúa el escenario del ciclo Atardeceres del Playa Club, en A Coruña. «Es una ubicación idílica tanto para el público natural del artista como para quien se encuentra el concierto de paso», comenta el programador coruñés Carlos Landeira. También los artistas agradecen el horario y la ubicación. Y si no que se lo pregunten a los componentes de Los Wallas que pusieron fin a su concierto con un baño en las aguas de Riazor. Este los próximos dos meses pasarán por Los Atardeceres del Playa Niña Coyote eta Chica Tornado, Última Experiencia, Virginia Maestro, Ganges o Cala Vento, por citar algunos.

De terrazas

3. Xoves de Códax

Hace unos cuantos años Martín Códax habilitó una terraza en su bodega de Cambados que es en realidad un espectacular mirador con los viñedos del Salnés y la ría de Arousa a sus pies. Con el objetivo de dotar de contenido tan privilegiado escenario nacieron Os Xoves de Códax, una serie de conciertos al atardecer que con el paso de los años han ganado en personalidad y ahora procuran encuentros musicales inauditos y apasionantes como el que ayer reunió a Silvia Pérez Cruz y a Uxía o los que en las próximas semanas reunirán a Cristina Pato y Wöyza, a Rosario la Tremendita con Abe Rábade o a Budiño, Javier Limón y Luiz Caracol.

ESTRELA ALONSO

4. Terrazeando  

También de terrazas y de atardecer va, lógicamente, TerraZeando, el ciclo que por sexto año lleva la música en directo a espacios al aire libre infrecuentes o casi desconocidos de Santiago, como es el caso este año de la terraza del único hotel compostelano de 5 estrellas, el NH Collection o el jardín del Pazo de Amarante. Uno de sus organizadores, Carlos Ramos, apunta: «Ahora que el ciclo está consolidado y no necesitamos el gancho del nombre del grupo, podemos permitirnos apostar por no recurrir a lo de siempre y traer bandas gallegas, nacionales o internacionales poco conocidas o que no hayan estado nunca en Santiago». Es el caso, por ejemplo de Me and the Bees, Zebra Hunt, Stone Dead (miércoles 12), Como Vivir en el Campo (19) o The Wheels (26).

Coinciden los promotores de estos conciertos en las dificultades que este horario conlleva a la hora de rentabilizarlos. «De noche sabes que la gente se va a tomar cuatro copas y por la tarde van a beber una caña. La caja se resiente mucho. Aunque cobres entrada hay que buscar otras fórmulas para compensarlo», comenta Miguel de la Cierva.

Esas otras fórmulas pasan en el caso de los Atardeceres del Playa o de TerraZeando, en ambos casos con conciertos gratuitos, por la esponsorización. En el local coruñés, apunta Carlos Landeiras, «si no fuera porque a Absolut le pareció una propuesta superinteresante serían totalmente inviables». En el mismo sentido se manifiesta Carlos Ramos. «Desde Desconcierto Cultural hemos conseguido implicar en TerraZeando a instituciones como el concello de Santiago y empresas privadas. Sin ellos sería imposible llevar algo así a cabo». En el caso de Martín Códax, la bodega plantea estos conciertos como estrategia de imagen y promoción. Apenas se ponen a la venta un centenar de entradas que se agotan en los primeros días y la recaudación se reparte íntegra entre varias organizaciones sin ánimo de lucro.