Lori Meyers : «Creo que todo el mundo es político, muy a su pesar»

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LORI MEYERS
LORI MEYERS joaquín calle

Son uno de los estandartes de ese pop de origen indie y alcance masivo que arrasa en los festivales. Con su nuevo disco, «En la espiral», vuelven a los escenarios. En Galicia darán este verano un único concierto en el Atlantic Fest el 1 de junio.

26 may 2017 . Actualizado a las 20:34 h.

Está en la mente de los aficionados el espectacular concierto que ofrecieron en el Festival do Norte del año 2012. Aupados en la euforia de unas canciones coreadas por miles de personas, dejaron una actuación para el recuerdo. Antonio López Noni, cantante del grupo, sonríe. «En Galicia hemos tenido muchos conciertos así. Para nosotros es entrañable porque además Alejandro tiene familia ahí y aprovechamos para visitarlos», señala. Ahora vuelven al Atlantic Fest (Illa de Arousa, del 30 de junio al 2 de julio, abono: 48 euros), evento heredero de aquel con el que estarán con Los Planetas, Tender Trap, Mäximo Park, Delorean, Anni B. Sweet o Rosalía & Raül Refree.

-Se ven cómodos como «grupo de festivales»?

-Bueno, afortunadamente Lori Meyers ha ido creciendo y no podemos ir a ciertas salas, salvo que hagamos varias noches. Pero lo echas de menos, claro. Sobre todo tocar un disco entero para tu público. Un festival es algo más dinámico. No puedes meter el nuevo disco solamente, porque la gente quiere escuchar Luces de neón. Y, aunque parezca mentira, hay gente que no te ha visto nunca. Lo que no me gusta es tocar en un Palacio de Congresos, con la gente sentada como si estuviera viendo el baloncesto.

-Se habla últimamente de la madurez de Lori Meyers. ¿Aún no han madurado lo suficiente como para ir a auditorios?

-[Risas] ¡No, qué va! La madurez puede tener sentido, porque esta vez hemos estado un tiempo parados. Antes terminabas una gira y te ponías. Ahora no, incluso hicimos el disco en sesiones espaciadas. Ahí se puede detectar esa madurez. También en ir perdiendo el amateurismos y ganando experiencia.

-¿Es «En la espiral» un disco reflexivo sobre la situación actual y por ello le pega el medio tiempo?

-Sí, para nosotros que la canción sea medio tiempo o no tiene importancia. Solo queremos que las canciones reflejen el momento que vivimos y tengan algún hilo conductor. El parón propició ese punto más reflexivo, porque es lo que pensábamos. No tanto el amor-odio entre parejas, sino el amor-odio que sentimos hacia nosotros mismos cuando ves ciertas noticias o ciertas cosas en la televisión.

-Deja un regusto agridulce.

-Sí, pero al final los Lori Meyers somos personas positivas que pensamos que siempre hay una salida. El hombre no ha creado solo destrucción, sino también cosas muy chulas. Las canciones van por ahí.

-A partir de «Siempre brilla el sol» el disco empieza a sonreír. El problema es que el oyente llegue hasta ahí.

-Sí tío, es una lástima esa movida de ahora de la música, que casi tiende a las canciones sueltas. Pero cuando haces un disco de 13 canciones como este es porque realmente una complementa a la otra. El momento es difícil. Por eso agradezco a muerte a todos los que han llegado hasta el final. Si se lo ha tragado entero es un verdadero fan, porque lo que se lleva ahora es el modo inmediatez. Y este no es un disco inmediato para nada.

-¿Cree que es un álbum político?

-No, Lori Meyers es un monstruo apolítico formado por varias personas. Luego, cada uno tiene su modo de ver la vida. Pero te afecta lo que pasa en el mundo. Acaba de pasar el concierto de Ariana Grande y es aterrador que pueda ocurrir algo así, sobre todo con niños. Es una época difícil para el ser humano y por eso es normal que te deje ese poso. Es un momento convulso. Imagínate que le estuviera cantando a las flores y tal y cual. Estaría en un mundo irreal. Ojalá llegase un momento en el que todos le cantásemos a las flores, pero esto tiene mala pinta. Eso afecta al grupo.

-¿A lo mejor es que son políticos, a su pesar?

-Creo que todo el mundo es político, muy a su pesar. Es normal que mires por tu comunidad y por la gente que aprecias. No pueden estar manejándonos los lobbies siempre. Llega un momento en el que el ser humano debe rebelarse ante esa situación y decir: «¡Eh, que aquí están nuestros derechos!». La política está siempre ahí. Si no, no tendríamos ladrones.

-En el disco se percibe una cierta tensión entre lo experimental y el pop. ¿La hubo al hacerlo?

-Bueno, al componer estábamos un poco más progresivos, por decirlo de alguna manera. Pero también tenemos una manera de hacerlo propia. Siempre tendemos a ese toque pop que viene de serie y terminaría apareciendo siempre aunque no quisiéramos.

-¿Son ustedes, en esencia, un grupo clásico?

-Sí, venimos de la influencia de los años sesenta: The Beatles, The Zombies, Beach Boys... Esa era la música que escuchábamos cuando empezábamos. Es lógico que tengamos una parte muy clásica, pero sin cerrarnos a nada.

-El Atlantic Fest es un festival de día. ¿Les gusta más tocar a las cuatro de la tarde o de la mañana?

-Buff, nosotros hemos tenido muchas actuaciones de cuatro de la mañana. Una vez en el BBK tocamos a las siete de la tarde y fue súper guay, porque luego nos fuimos a ver a The Cure y los otros grupos. Nosotros vamos a los festivales y a veces nos tratan como grupo de cabecera y no le vas a decir al tío: «Oye, que quiero tocar a las seis». Pero por preferir, yo prefiero de día. Lo de tocar a las cuatro de la mañana lo veo ya más para grupos de electrónica o algo destroy, no para nosotros [risas].

-¿Qué le parece que algunos de estos festivales se hayan convertido en un modelo de ocio familiar?

-Es superguay que puedan ir los niños. No ocurre en todas partes. Aquí en Granada no pueden ir los menores a los conciertos, pero sí a un evento deportivo donde los padres se pelean o se ponen a insultar a los jugadores. Ese es el ejemplo. ¿Qué estaremos haciendo de malo cuatro peludos en un escenario cantando nuestras canciones? Pues nada. Esto es limpio. No tiene violencia. No tiene competitividad. Es solo un grupo tocando. Yo creo que es muy importante que los niños pueden disfrutar de un concierto junto a sus padres.