Carmona nos quita el sombrero

Ana Abelenda Vázquez
Ana Abelenda LA OPINIÓN

FUGAS

19 may 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

Es su tercer trabajo en solitario, pero Antonio Carmona no está solo. Obras son amores ya de antiguo, y hoy canciones, razones para fichar al ex-Ketama de copiloto en el sprint hacia el verano. Con la ventana abierta a la brisita del sueño. Carmona suena muy él en compañía. Lo acompañan su sobrino, Juan Carmona Júnior, artistas como Alejandro Sanz, Fernando Osorio, Claudia Brant, Juanes o Álex Cuba. Y muy de cerca, o de dentro, el recuerdo del padre, Juan Habichuela, grande del flamenco hecho elegía luminosa, rumba que baila como la vida sin soltar la guitarra. Se puede sentir hondo sin soleá.

Carmona se pone el sombrero y nos lo quita, y nos golpea el corazón con ritmo. «Yo miro el paisaje, y ya lo he vivido / Con risa y con llanto, pero nunca olvido / Castillos de arena, un sorbo de vino / son viejos recuerdos que dan bocaítos», escribe y canta en Vida, con su memoria presente, con aire a Lorca y más letra que música, porque la letra ya tiene su propia música. Con frase o verso corto e imágenes redondas crece el río del arte. Este es un disco soleado, de festivo en familia, donde el beso y el suspiro dan la nota. Carmona funde al fin dos palabras que en la boca van juntas: Mencanta, sencillo de presentación, podría ser el evohé con que Luis Pastor y Lourdes Guerra nos empujan arriba contrarrestando la fuerza de gravedad del día, y es una declaración de principios, la manera flamenca de poner sobre la mesa el yo con gusto, el corazón, la pasión por darse y compartir la vida. El Dale luz es el primer tema del disco. Y el primero en conquistarnos, sonando lo suyo a Alejandro Sanz. Si lo han oído, ¡se lo llevan puesto!: «Ámame, quiéreme, dale luz a mi vida…». ¿Quién dijo penas?

La euforia dio paso a la delicadeza. Con esas manos que no saben de arreglitos caseros, ni siquiera montar puzles, Antonio Carmona escribe fino. No estamos locos, sabemos lo que queremos. Dale al play y que suene la luz. Y que vuelen los sombreros.