Barry Jenkins: «Si lo del sobre me pasase a mí, no sé cómo reaccionaría»

María Estévez

FUGAS

DANNY MOLOSHOK

Disfrutó de su gran noche en los Óscar, pues «Moonlight», el filme que dirige, recibió los premios a la mejor película y al mejor guion en una ceremonia en la que la polémica sigue coleando.

09 mar 2017 . Actualizado a las 16:53 h.

Jenkins vive su momento más dulce desde que el Sundance Institute le señaló como uno de los guionistas con más futuro en Hollywood. No se equivocaron en el laboratorio intelectual que ha montado Robert Redford en Utah: con su primer largometraje, Jenkins ha triunfado. Moonlight narra la historia de un joven afroamericano en las calles de Miami. Entre las drogas y una familia disfuncional, trata de encontrar su identidad homosexual. Jenkins basó la historia de Moonlight en la vida del actor Tarell Alvin McCraney, un gay que se crio en las calles de Miami con una madre adicta al crac, igual que el personaje.

-El Óscar es la guinda a un pastel que está decorado con muchos premios...

-Siento una gran emoción, aunque lo que ocurrió sobre el escenario de la ceremonia fue muy extraño. Creo que voy a tener que repasarlo en vídeo para entenderlo [risas]. En el momento, tuve que ir a ver la papeleta porque no podía creer que fuera Moonlight, y debo decir que el equipo de La La Land fue muy elegante con nosotros. No sabría qué hacer si me hubiera ocurrido a mí lo contrario. Los errores ocurren. Pero estoy feliz. Moonlight ha sido recibida con mucho cariño y creo que es un reflejo del amor que pusimos nosotros dentro de la historia. La gente responde a lo que ve, esa es la habilidad que tiene el cine para conectar con el público. Mi película es muy civilizada, desde su formidable elenco hasta el contenido. Ha triunfado en los festivales donde se ha presentado: Toronto, Londres, Telluride y en premios como los Spirits, los Globos de Oro y ahora los Óscar. Sin embargo, el gran premio es la respuesta de la audiencia, eso es lo que realmente me llena el corazón.

-¿Había visto el resto de las películas nominadas al Óscar?

-Sí, todas. Reconozco que me gustan todas. Yo no esperaba ganar, es realmente una sorpresa enorme. Los últimos dos meses de mi vida han sido una locura.

-¿Por qué cree que la historia de Chiron conecta con tanta gente?

-Honestamente, creo que al hacer la película pusimos nuestro corazón en ella y sigue palpitando en pantalla. La interpretación de los actores es muy autentica en la representación de los personajes. Han dado lo mejor de sí mismos y eso, en gran medida, es lo que conecta con el público. La gente respeta sus actuaciones, se permiten abrir sus mentes y aceptar a los personajes tal y como son.

-Cuesta encontrar películas con personajes afroamericanos masculinos que hablen con tanta libertad de su sexualidad...

-Ese es un reflejo de la vida que vivió Tarell McCraney. Creo que fue importante para nosotros representar lo que le ocurrió de una manera genuina. No hay nada más provocador que la verdad cuando se proyecta de una forma correcta. Hay muchas variaciones de la expresión «masculinidad afroamericana», pero cuesta encontrar una que represente la intimidad entre dos hombres de color.

-Cuesta retratar la vulnerabilidad masculina como lo hace usted...

-Eso es lo que ocurre cuando la masculinidad se atrofia. Me gusta retratar sentimientos. Como director imagino lo que siente el público al ver el personaje y lo que deben de sentir. Ese es mi trabajo.

-Usted tiene una conexión personal con esta historia debido a su propia educación. Ha tenido la oportunidad de ver la película con perspectiva.

-No, porque soy parte de ella. Ver la película una y otra vez puede ser doloroso, porque encuentro fallos que quiero corregir. El proceso de rodar un filme es terapéutico cuando has vivido situaciones trágicas. A mí me ha ayudado contar esta historia, me siento aliviado y entiendo cosas de mi propia vida que antes no entendía.