Bala: «El disco se quedará pequeño al lado de la que liaremos en vivo»

Javier Becerra
JAVIER BECERRA A CORUÑA

FUGAS

SANDRA ALONSO

Gustan por igual al público indie, roquero y metalero. Tienen una energía en directo abrumadora. Y un nuevo disco a punto de ver la luz. Se titula «Lume» y llevará al dúo mucho más lejos de «Human Flesh» (2015), su debut. Tómese en sentido literal.

17 feb 2017 . Actualizado a las 16:52 h.

El 2017 será el año de Bala. Todo lo indica. La edición de Lume, un segundo trabajo de ardiente rock con vistas al grunge, el hardcore y el metal. La cantidad de festivales que ya cuentan con Violeta Mosquera (batería y voces) y Anxela Baltar (guitarra y voces) en sus filas. Incluso las ganas que hay de verlas en lugares como Japón o Australia, en donde tocarán este año. «Estamos encendidas», clama Anxela emocionada.

-Lo titulan «Lume». ¿Ha prendido fuego Bala a su propio sonido?

-Anxela: Pues la verdad es que sí, es una buena forma de verlo. Lume para nosotras es algo positivo.

-Violeta: A mí me gusta lo de Lume en plan de ir a fuego a por todo. Estamos en un momento tremendo.

-¿Iban a provocar el incendio?

-V: No, llegamos al estudio con muchas cosillas sin cerrar. Luego, los astros se conjuraron y acabó siendo todo muy infernal. No hubo preproducción, ni arreglos planteados, ni nada. Fue todo un «Dalle pa’ diante».

-A: Es algo muy visceral. Si nos vieras ensayando verías que es lo mismo. Lo damos todo siempre: tocando, en el estudio o en el local

-Suena el primer tema, «Colmillos», y surge una duda: ¿Eso lo están haciendo solo dos personas?

-A: ¡Nos gusta escuchar eso! En directo siempre procuro llevar dos amplificadores y que atruene. En estudio queríamos las guitarras sonando gordas. Lo que no queríamos es meter un bajo que luego en directo no iba a ir.

-V: Ese tema y otros tienen ese puntito de ir tocando, de repente cortar y, al poco, entrar a todo dar: ¡Uauauau! Eso nos mola mogollón para escuchar y tocarlo. ¡Te da un subidón que flipas!

-Se crea una densa masa de sonido.

-A: Es que eso me encanta. Hay gente que prefiere los instrumentos más definidos. A nosotros no: nos flipa que sea una masa.

ANXELA Y VIOLETA DE BALA
ANXELA Y VIOLETA DE BALA SANDRA ALONSO

-Aparecen dos nuevas influencias: el metal y el «hardcore». ¿Sois conscientes?

-A: Totalmente. Pero no es nada premeditado. Salió un tema más punk, otro más hardcore, otro más metal. A las dos nos gusta mucho Melvins, que tira al metal. Es un reflejo de todas las influencias que tenemos en la cabeza.

-¿Estoy loco si os digo que un tema como «Omerta» me tiene un punto al «Roots» Sepultura?

-A: ¡No, es guay! ¡Me gusta mucho! No eres el primero. Hay gente que ya nos advirtió de ese rollo Sepultura.

-Lo tópico suele ser que un grupo no logre capturar en estudio la energía del directo. ¿Podréis capturar vosotras en vivo la energía del disco?

-V: Mira, con las ganas que tenemos, que llevamos meses escuchándolo en bucle, yo creo que el disco se va a quedar pequeño al lado de la que liaremos en directo. Estoy sufriendo tanto esta sequía de conciertos que no me llega el momento.

-A: Tenemos un mono terrible. Tocar se ha convertido en una necesidad.

-¿Una bola de emoción ardiendo en el pecho?

-V: ¿Bola, dices? ¡Bolón! El que no haya escuchado el disco y venga a vernos se va a quedar con un ojo más abierto que el otro.

-¿Me prometéis que no os voy a escuchar lamentaros en dos meses de que el disco no refleja el directo de Bala?

-V: Hombre, igual sí que lamentamos no haberle dado tres o cuatro decibelios más [risas].

-Ampliáis idiomas. ¿Se chilla mejor en castellano que en inglés?

-A: Yo me siento más cómoda en castellano. Me lo creo más. Canto sobre una ciudad vacía y, si lo hago en castellano, lo estoy visualizando. En inglés no. Creo que es más sincero.

-¿Un camino de no retorno?

-V: Buff, a mí personalmente me cuestan muchísimo más las letras en español. En inglés todo queda bonito. Digas lo que digas está guay. En español me tuve que rebanar los sesos. También en gallego, que metimos un tema que me apetecía mucho. La que siempre insistió en eso es Xela y, como somos dos, yo cedí [risas].

-A: Y has de reconocer que estás contenta con el resultado. Reconócelo.

-V: Sí, claro. La verdad es que sí.

-A: Para mí es muy importante. En los conciertos la gente con nosotras la montaba, pero no escuchabas a la gente gritando la letra de las canciones. Y eso mola mucho. Ahora la gente va a poder hacerlo. Eso es un subidón.

ANXELA Y VIOLETA DE BALA
ANXELA Y VIOLETA DE BALA SANDRA ALONSO

-¿Podría Bala hacer una balada?

-A: ¡Qué va! Alguna vez nos propusieron hacer acústicos y lo hemos rechazado siempre. No creo que sea nuestro concepto. Yo puedo tocar una balada en casa, pero Bala es otro rollo. No me veo haciendo temas lentos.

-V: Bueno, yo me imagino con Bala hacer la balada más ruidosa de la historia conocida [risas]. Eso no lo descarto. Algo pesado, que te revuelva las entrañas y te haga temblar hasta la campanilla. Eso sí.

-¿Cómo termináis teniendo fechas en Japón o Australia?

-A: Di con el contacto de un promotor japonés por amistades. Y yo, que para estas cosas no me corto un pelo, decidí escribirle, mandarle lo que hacíamos para ver si le gustábamos y le gustamos. Así de fácil. Fue una pasada. Mejor fue lo de Australia. Estábamos en el Monkey Week de Sevilla y un promotor australiano nos vino a ver las tres veces que tocamos.

-V: Lo mejor es que iba vestido de una especie de Elvis en plan cowboy. Tenía pintas de todo menos de tomártelo en serio. El tío nos decía: «Me encantáis, me he vuelto loco con vosotras, yo os llevo a Australia». Y nosotras en plan: «¡Qué risas, el pavo este está loco!». Pero, al volver de allí, teníamos un e-mail con fecha cerrada y todo. Nos pusimos a investigar y, efectivamente, era un tío serio que hacía cosas. ¡Nos tiramos de cabeza!

-Es algo que ocurre con Bala que gusta a públicos muy diferentes: desde el «indie» al metal, pasando por el rock clásico. ¿Cómo lo hacéis?

-A: Es lo que nos hemos encontrado. Nos contratan de festivales súper diferentes. Nuestra música es complicada de definir y creo que llegamos a más gente. La mezcla loca que tenemos en la cabeza.