Volver a Ítaca

FUGAS

20 ene 2017 . Actualizado a las 11:40 h.

Con la poesía de Cavafis pasa como con el fragmento número siete de la Rayuela de Cortázar: el texto ha sido tan versionado, toqueteado y hasta parodiado que se requiere un lavado de cerebro para volver a disfrutar de las palabras, limpias de esas citas e interpretaciones que con el paso del tiempo se han adherido a su piel.

Para hacer justicia a Cavafis conviene gastarse los 9,95 euros que cuesta la edición de sus Poemas que publica el sello DeBolsillo. ¿Por qué precisamente esta edición a cargo de Ramón Irigoyen? Primero, por el extraordinario prólogo. Y, en segundo lugar, porque la traducción del poeta y colaborador de La Voz Ramón Irigoyen no es una versión más. Lo explica el escritor Miguel Sánchez-Ostiz: «Ramón Irigoyen no solo es el mejor traductor de Cavafis, sino que Cielos e inviernos es, para mí, uno de los tres mejores libros de poemas de los setenta».

Por eso, porque al conocimiento del griego original suma Irigoyen su condición de poeta exquisito, estamos ante una traducción crucial de Cavafis. Así que hay que olvidar anteriores versiones, sobre todo las canciones que han puesto música a sus versos, y entrar en sus páginas como si nunca hubiésemos leído antes estos 154 poemas canónicos del escritor de Alejandría. Lo cuenta mucho mejor Irigoyen:

?El misterio de su poesía es tan profundo que apenas lo vislumbramos levemente. En una ocasión le pregunté a Jaime Gil de Biedma, que tanto admiró e incluso saqueó unos versos de Cavafis en un pasaje de su poema Pandémica y celeste, qué era para él un buen poema y me contestó: «El poema que me pueda acompañar toda la vida».

Aplicando la definición de Gil de Biedma, Irigoyen elige, entre otros poemas, El dios abandona a Antonio, Ítaca, Fui o Placer: «Admiten varias relecturas en esta vida y en mis dos o tres reencarnaciones. Y ya puestos a reencarnarnos, creo que hay que aspirar a más de una reencarnación».