Musicales, los de antes

Miguel Anxo Fernández

FUGAS

20 ene 2017 . Actualizado a las 12:44 h.

El gran musical, desde Berkeley a Minnelli, vivió su esplendor entre los años treinta y cincuenta del pasado siglo. Era el de las canciones como simples coartadas para espectaculares coreografías, era el género más puro en cuanto a lo que representaba el cine sonoro: imagen, música y movimiento. La llegada de West Side Story de Robert Wise, en 1960, supuso el inicio del cambio de modelo, rodaje en exteriores incluido, que gradualmente llegaría al Cabaret de Bob Fosse, en 1972. Desde entonces, las canciones pesan lo suyo y las coreografías bastante menos.

La industria regresa de vez en cuando a lo que llaman musical (etiqueta en la que incluso encajonan conciertos...), pero suena a moda ocasional, quizá ahora en un repunte popular al que no parece ajeno la telerrealidad con sus concursos de voces canoras.

Con La ciudad de las estrellas (La La Land), Chapelle introduce una agradecida pátina cinéfila, como en tiempos Gene Kelly y Stanley Donen en la mítica Cantando bajo la lluvia, pese a las distancias.