«Esta película es para alérgicos a los musicales»

María Estévez

FUGAS

Dale Robinette

La temperatura sube cuando aparecen en pantalla Emma Stone y Ryan Gosling, una de las parejas con más voltaje del cine. «La la Land» es ya todo un fenómeno que ha batido récords en taquilla

21 ene 2017 . Actualizado a las 12:44 h.

Los críticos se han rendido ante su nuevo trabajo, La La Land, un musical romántico con alma de jazz de principio a fin. Bajo la dirección de Damien Chazelle, Gosling aprendió a tocar el piano, a bailar claqué e incluso se empapó de la historia de este estilo, en una película que ha batido récords de taquilla en su primera semana en pantalla. El actor, casado con la actriz Eva Mendes, rueda en la actualidad la segunda parte de Blade Runner.

-¿Qué le atrajo del proyecto de «La la Land»?

-Tenía ganas de trabajar con Damien porque me parece un cineasta muy interesante, tiene un amor por el cine impetuoso, contagioso. Había hablado mucho con él para rodar una película que el público quisiera ver, que llenara los cines, que la gente deseara compartir en la gran pantalla. Era una idea muy excitante. Por otra parte, quería volver a trabajar junto a Emma. Es estupendo colaborar con gente a quien conoces, ya que no tienes que crear una relación. Sentí que este filme no está hecho para un fanático de los musicales, al contrario, es accesible a todos aquellos alérgicos a los musicales. Esta es una historia sobre dos personas, su relación y su forma de entender la vida. Sabía que si conseguíamos rodar bien esa parte de la cinta, la música era lo suficientemente bella como para crear una experiencia atractiva para la audiencia.

-Hay pocas películas de carácter romántico como «La La Land». ¿Le interesaba un romance desde otro punto de vista?

-He hecho muchos filmes románticos en mi carrera. De alguna manera, ser romántico es mi forma de entender el amor.

-Empezó en el «Club Disney». Siempre ligado a la música...

-No tanto como me hubiera gustado. Me encantó tener la oportunidad de participar en La La Land y poder desarrollar mi sentido musical. Durante el tiempo que estuve en el Club Disney lo pasé bien, pero yo no era como Justin Timberlake o Christina Aguilera, ni tenía su registro vocal. Estaba claro que ellos iban directos al mundo de la música; en mi caso, no era así.

-¿Es esta la primera vez que protagoniza un filme cantando y bailando?

-Sí, afortunadamente tuvimos tres meses para prepararnos, más de lo que cualquier actor suele tener antes de empezar un proyecto. Hemos hecho este filme como las películas antiguas, las de estudio, o al menos, eso es lo que me ha dicho el director. Pasábamos parte del día practicando piano, parte del día bailando y el resto trabajando en el guion. Fue una realización muy edificante.

-¿Le gusta el jazz?

-Sí. Sin embargo, con mi conocimiento de este estilo de música no estaba preparado para el nivel de mi personaje y tuve que aprender.

-¿Es usted un idealista de la música? Su grupo, Dead Man Bones, era de folk.

-No soy idealista, al menos, no me considero así. A mí me gusta todo tipo de música. Dead Man Bones surgió para hacer un musical y luego se convirtió en un grupo, aunque nunca fue nuestros planes llegar a ser una banda.

-En la película viste trajes en colores magenta, rojos y marrones. Es difícil encontrar un hombre que se vea bien en estos tonos...

-Reconozco que me gustan esos colores. En el filme cada personaje tiene un color característico, es algo en lo que el director puso mucho énfasis. La diseñadora de vestuario, Mary Zphres, que hace todas las películas de los Coen, fue la encargada de dar voz a mi personaje en ese aspecto y es una maestra de esa época. Supo encontrar el puente entre los años treinta de la música jazz y la época actual. Para mí, el vestuario es parte del personaje, pero el trabajo es de ella, porque supo traducir mis ideas en una ropa bellísima, espectacular.

-¿Cuál es su propósito personal para afrontar este año?

-Nunca tomo propósitos drásticos, jamás lo he hecho. El último año fue el mejor que he tenido en mi vida y me cuesta creer que pueda superarlo. Espero que el 2017 sea tan bueno como el anterior.

-Vive rodeado de mujeres, su madre, su hermana, su mujer Eva Méndez, sus hijas Esmeralda y Amada...

-Sí, estoy escoltado por mujeres fuertes. Admito que el feminismo es importante en mi vida. He crecido con mujeres decididas y ahora que soy padre y tengo una hija pequeña pienso inculcar en ella los valores que he recibido.

-¿Qué tal lleva la paternidad? Tuvo a su segunda hija en verano.

-Es un momento muy excitante en mi vida, estoy acompañado de la mujer que quiero y soy feliz con mis hijas.

-Es un actor que viaja mucho. ¿Qué significa su casa en su vida?

-He dejado de ser nómada y he empezado a echar raíces con mi mujer y mis hijas en Los Ángeles. La verdad, reconozco que me gusta. Me sienta bien haber cambiado mi estilo de vida.

-¿Hay algún olor, alguna esencia que le recuerde a su casa?

-Mi madre se ganaba la vida cocinando pasteles de boda para compensar cuando le faltaba dinero para llegar a fin de mes y cuando en mi casa huele a pastel regreso a mi niñez. Ahora que lo pienso, es cierto, creo que identifico el aroma de dulce horneado con mi madre y mi sentimiento de hogar [risas].