El 2016 fue un gran festival, pero ¿y ahora?

FUGAS

XOÁN A. SOLER

Algo se remueve en las entrañas de la música gallega. Reunimos a algunos de sus protagonistas para intentar descifrar las claves del fenómeno... Si es que existe.

30 dic 2016 . Actualizado a las 12:35 h.

El sentir es común e inequívoco. El año que concluye ha sido excepcional para la música hecha en Galicia. Jamás hubo tantos conciertos y festivales, inaudita ha sido la presencia de grupos gallegos emergentes y de estilos tan dispares hollando más allá del Padornelo, ni nunca nuestras bandas gozaron de semejante beneplácito entre la crítica estatal como han refrendado diversas listas de los mejores discos del 2016. Pero ¿se trata de eso precisamente, de una excepcionalidad o se están afianzando las bases de una sólida escena musical propia?

No semejaba fácil para los nuestros la renovación el sobresaliente estatus que aún mantienen los próceres (Triángulo, Xoel, Iván...). Sin embargo ahora asoman quien sabe si tibias o poderosas razones para el optimismo. ¿Hay argumentos para sostenerlo?

Para tratar de poner luz a la cuestión reunimos a seis personas que están viviendo el fenómeno desde sus entrañas: Lano Caamagno, bajista de Familia Caamagno, posiblemente el grupo que este año ha pasado por más festivales en Galicia; Iván Arias, responsable de la discográfica Matapadre y del Wos Festival; Anxela Baltar, la mitad de esa banda de incalculable proyección que es Bala; Marcos Arias, responsable de la pontevedresa sala Karma y del festival Surfing the Lérez; y Rubén Lino y Daniel Vilaverde, artífices de ese irreverente colectivo que bajo el apelativo de Poetarras asalta pantallas y escenarios a golpe de rap y retranca. A todos ellos los reunimos en torno a la mesa circular del compostelano y solemne Café Casino en una conversación que en su contexto original tuvo lugar íntegramente en gallego.

Rexurdimento

Era la cuestión clave. Así que nada mejor que poner las cartas boca arriba desde el primer momento. ¿Vivimos o no un Rexurdimento en la música gallega?

-Iván: Pienso que no. Para Matapadre sí ha sido el año que más conciertos hemos tenido en Galicia. Pero tanto como para hablar de un rexurdimento, no. Esto sigue siendo muy precario.

-Lano: Yo tampoco lo veo. Hay más bandas que están saliendo y tocando. Pero la precariedad del sector sigue siendo absoluta. Puede que viniendo de donde veníamos pueda parecer un rexurdimento, pero estamos muy lejos de lo que debería ser normal.

-Daniel: De hecho, ni yendo a tantos festivales como fuimos nosotros este año nos da ni de lejos no ya para vivir sino para malvivir. O pones parte de tu vida y se la entregas a esto o no tiras para adelante.

-Anxela: Está claro que algo hay, pero creo que es más la visibilidad de los grupos, sobre todo a través de las redes, que un rexurdimento de la escena como tal.

Festivales

Ha sido en el ámbito de los festivales donde el crecimiento cuantitativo ha sido más evidente. ¿Se trata de una burbuja o refleja la realidad en la que las bandas conviven?

-Lano: Hay ya tantos que tengo la sensación de que en algunos la música es algo secundario. Se han convertido en actos sociales. Por eso después ocurre que a los conciertos en las salas no va ni dios.

-Rubén: Los festivales me parecen importantes en el sentido de que han abierto un horizonte musical muy amplio con grupos muy buenos y de muy diferentes estilos. Eso antes no pasaba.

-Marcos: Hace un par de años yo no me habría atrevido a hacer un cartel solo con grupos gallegos como el del Surfing the Lérez del 2016. El hecho de que haya funcionado como funcionó creo que es síntoma de algo. Lano: Lo que ha ocurrido este año es insostenible. En un radio de 10 kilómetros no puedes tener 5 o 6 festivales con muchos grupos que se repiten. No puede salir bien. En el momento en que al concello de turno ya no le interesante se muere.

¿Por qué ahora?

Descartada la mera casualidad y la conjunción astral indagamos en las razones que han propiciado el actual estado de cosas en la música gallega.

-Iván: Hemos coincidido en espacio y tiempo muchas plataformas, colectivos, pequeñas discográficas y locales autogestionados que están apoyando que los grupos toquen. Por otra parte, también hay un distanciamiento con respecto a la postura de otras generaciones que era la de apoyar a bandas y discográficas que venían de fuera, casi siempre sobredimensionadas. En Galicia programas un concierto de Guerrera y vendes más entradas que en uno de El Columpio Asesino, Delorean o La Habitación Roja. Y dices, hostia, ¿estos son los grupos de la escena nacional que lo petan, que están en todos los festivales? Y vienen aquí y no son capaces de vender 200 tiquets en una sala. Está claro que lo que nos venden desde los sellos y los medios nacionales está muy distorsionado, no es real.

-Lano: Lo real es sencillamente los tiquets que vendan. Y no los venden.

-Anxela: Ya, pero después miras los cachés de unos grupos y de otros y te das cuenta de que algo no cuadra.

Compromiso

Una de las singularidades de lo que está aconteciendo es que, al contrario de lo que por ejemplo ocurrió con el bravú en el que sí había un compromiso en una misma dirección, ahora resulta complicado encontrar un patrón o parámetros comunes en los postulados estilísticos y conceptuales de las emergentes bandas gallegas.

-Lano: Siempre fui escéptico con respecto a aquella época. El bravú siempre me pareció un coñazo. Era demasiado unidireccional.

-Daniel: Yo sí que veo que en los festivales a los que vamos hay una línea de orientación política bastante evidente. Y nosotros sí que tenemos unos compromisos con unos valores o con el idioma. Desde un punto de vista cómico y crítico animamos a pensar. Pero coincido en que la unidireccionalidad no es buena y que tampoco tienes por que identificarte siempre al cien por cien con el discurso del grupo.

-Anxela: Ni con el discurso ni estilísticamente. La diversidad que existe ahora en la música gallega es un elemento diferenciador y muy positivo.

-Lano: En el bravú la lengua se usaba no como instrumento sino como arma. Yo prefiero usarla como instrumento y normalizarla. Y en ese sentido creo que ayuda mucho más el haberla despolitizado y que ahora sea utilizada por grupos indies o de pop.

-Anxela: Nosotras, por ejemplo, hemos pegado un giro radical. El primer disco fue en inglés porque era más seguro y rápido pero en el segundo habrá temas en inglés, castellano y gallego. Son mis idiomas naturales, me siento cómoda en ellos así que por qué no probar. Es una evolución más.

-Lano: Es triste pero en Galicia hay ciertos festivales y estructuras a los que solo entras si cantas en gallego y otros a los que no entras si cantas en gallego.

-Iván: Es absurdo que en las líneas de ayudas públicas se exija que cantes en gallego. Entonces, ¿los grupos gallegos de música electrónica o experimental no pueden optar a esas ayudas o no están considerados como música si no tienen voz?

-Daniel: Yo no lo veo absurdo. Si hay ayudas para proyectos en gallego es porque hay una discriminación hacia el idioma y porque está en una situación de inferioridad. No pienso que se le pueda quitar a alguien la categoría de grupo gallego porque cante en castellano o en inglés pero yo tengo una identificación mucho mayor con quien utilice mi lengua.

-Iván: Creo que lo que hay que apoyar es la generación de activos musicales, a los artistas, a la creación y a la producción de música. No a un festival porque programe artistas que cantan en gallego. Con eso estamos desviando la atención cuando realmente lo que está totalmente desamparado es el músico.

-Daniel: Ya, pero es que hay festivales que programan música en gallego que si no existiesen esas ayudas no podrían subsistir. Porque, insisto, partimos de una situación de marginación que hay que corregir. Por otra parte, creo que debemos quitarnos de la cabeza que un grupo que canta en inglés puede llegar a todo el mundo y que uno que canta en gallego sólo puede llegar hasta el Bierzo.

Las ayudas

A comienzos de siglo desde las instituciones gallegas se propició un auge de la música folk que derivó en burbuja e inmediato declive. ¿Cuál es el papel que deberían jugar las Administraciones públicas para favorecer una escena musical sólida y estable?

-Iván: En Galicia hay ayudas para la producción escénica y audiovisual. Sin embargo no las hay para la producción musical ni fonográfica. ¿Por que esta discriminación? Habría que apoyar más al creador y no tanto al programador.

-Marcos: No son tantos los beneficios para el programador. Estar metidos en circuitos como la Rede Galega o GPS a las bandas sí les compensa, porque se llevan un fijo, pero a las salas generalmente no. Y va a llegar un momento en el que las salas dejemos de programar.

-Lano: La Administración como da una pasta ya se siente justificada y se desentiende. Y eso es lo que no puede ser. Está claro que no tiene que buscar el rédito económico de ese dinero pero si el feedback con el público. Si no lo consigue ese es dinero tirado.

-Daniel: Están más preocupados de que ponga en el cartel «subvencionado por» que de la repercusión real del evento. Apoyar la cultura no es apartar un dinero y listo sino preocuparse de en que se tradujo ese dinero.

-Iván: Ojalá desapareciese el dinero público de la cultura un par de años. Quienes nos dedicamos realmente a esto y lo llevamos dentro seguiremos luchando pero quienes están viviendo de las ayudas seguro que desaparecen.

El futuro

Diseccionado el presente toca poner la mirada más allá del horizonte, donde la luz y las sensaciones se hacen difusas.

-Marcos: Es complicado saberlo. A mí, por ejemplo, me resultaría imposible volver a hacer un festival como el Surfing de este año. No van salir cada año diez artistas gallegos nuevos que me lo permitan.

-Rubén: Yo no creo que el año que viene vaya a ser como este.

-Iván: Es cierto que algunos grupos quizá hayan tocado techo. ¿Dónde más van a actuar? Seguramente el futuro pasa por salir fuera. Para nosotros ha sido un objetivo natural desde que nacimos hace seis años. Incluso llegó a resultarnos más complejo tocar en Galicia que fuera. Creo que es solo una cuestión de actitud.

-Anxela: Es fundamental que la banda quiera dar el paso. Decir voy, pase lo que pase. Igual en la primera gira palmas pero en las siguientes irá mejor. Y hoy la marca Galicia vende.

-Daniel: Muchas veces son nuestros propios y ridículos prejuicios los que nos retienen.

-Lano: Está claro que el techo existe. Muchos festivales, por narices, van a desaparecer. Yo soy bastante pesimista respecto al futuro si no conseguimos que el público se renueve.

-Marcos: Pues las nuevas generaciones no vienen a conciertos. La gente que está manteniendo las salas no son para nada los chavales.

-Daniel: Yo no soy optimista en el sentido de que vayamos a abandonar este panorama de precariedad. No me veo dentro de cinco años viviendo de la música. Sin embargo en los festivales sí que veo a ese nuevo público que tanto se demanda. Y eso me da un poco de esperanza.