Mick y Keith vuelven por Navidad

FUGAS

Gary Miller

Dos nuevos trabajos se suman a las discografía de los Rolling Stones: «Blue and Lonesome», una revisión de viejos blues, y «Havana Moon», el doble álbum de su concierto en Cuba.

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:20 h.

Dos nuevos trabajos se suman a la discografía de los Rolling Stones. Hace tres semanas vio la luz Havana Moon, el doble álbum que recoge su histórico concierto celebrado el pasado 25 de marzo en La Habana. Hoy sale a la venta Blue and Lonesome, una revisión de viejos blues que juega con la idea de volver al origen de todo. Ambos aspiran a aparecer bajo el árbol de Navidad de esos roqueros stonianos que aún compran discos. Ambos mantienen el nombre del grupo un año más en boca de todos.

Lo de Havana Moon recoge un directo histórico. Sin exageraciones y con todo el contenido del adjetivo. De los pocos territorios vírgenes que le quedaban al rock en directo, La Habana se presentaba como una perita en dulce. Sucediendo a la visita de Barack Obama, los Rolling Stones se plantaron allí e incendiaron las almas cubanas sedientas de rock. Ese estado de ánimo se capta en la grabación. Un tema como Out Of Control se erige tremendo, con nervio y tensión. El inicialmente renqueante Gimme Shelter entra en erupción en cuanto brota la voz sobrenatural de su corista. Y en Sympathy for the Devil se puede palpar la emoción misma de un pueblo tirándose al barro del rock en vivo por primera vez.

El disco lleva adjunto un deuvedé con la filmación del concierto, en donde se traslada todo lo antedicho a imágenes. Lo que ocurrió abajo y arriba del escenario comparte protagonismo en el montaje. Resulta fácil empatizar con toda esa muchedumbre que se dio cita en la Ciudad Deportiva de la Habana, viendo hacerse físico el grupo ante sus ojos con toda la carga pirotécnica. A día de hoy (Argentina aparte) cuesta imaginar un lugar mejor para verlos que ese.

RETORNO AL PRINCIPIO

Si la leyenda cuenta que Keith Richards y Mick Jagger se conocieron en 1961 cuando coincidieron en una estación de tren y el segundo se interesó por los discos de música negra que tenía el primero, se puede interpretar Blue and Lonesome como un reseteado de la historias. En él pasean piezas poco conocidas de Jimmy Reed, Willie Dixon, Eddie Taylor, Little Walter o Howlin’ Wolf, interpretadas con máximo respeto. Se trata de rebozarse en esa música que, de una u otra manera, siempre ha estado presente en el sonido de la banda. Se acude a ella con espíritu de fan y de arqueólogo.

En el ambiente planea la posibilidad de que sea esta la última vez de los Stones en un estudio. De su último elepé con material propio, A Bigger Bang (2005), han pasado ya once años. Y a no ser que se enganchen al tributo, todo apunta que tardarán en grabar.

EL DEBUT CUBANO

El kilómetro cero de los conciertos de rock que a buen seguro le esperan al país caribeño documentado para la historia. Aún quedaban lugares para que el rock demostrase las uñas como en los sesenta.

PASIÓN POR EL BLUES

Sin canciones propias que grabar, el grupo adopta el modo fan e interpreta un puñado de canciones de los viejos bluesmen que les encantaban cuando empezaron su trayectoria.