El niño que soñaba con bajar a su padre del andamio

FUGAS

Andrés Iniesta firma «La jugada de mi vida», unas memorias que combinan las confesiones del futbolista con testimonios de sus compañeros de viaje

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:25 h.

El autor del gol más importante de la historia de un país tan futbolero como España justifica la publicación de sus memorias con la humildad que le caracteriza. “Como tengo hijos y en mi pueblo hay un árbol que me ha acompañado siempre, solo me faltaba el libro”, viene a decir. Sin embargo, basta pasar unas hojas de La jugada de mi vida para apreciar la necesidad de asomar la cabeza y el alma fuera de ese caparazón armado de sencillez y buenos modales que siempre va con Andrés Iniesta. El capitán del Barcelona reclutó a los periodistas Marcos López y Ramón Besa para que le ayudasen a construir el relato, pero tal y como sucede dentro del campo, Iniesta asume la responsabilidad de una obra dedicada a sus seres más queridos y en la que envía unas líneas a ese hijo que se perdió en el camino. Como todos imaginan, la historia arranca en Fuentealbilla, un pequeño pueblo perdido en La Mancha. Un niño de ocho años juega de sol a sol con una vieja pelota en un descampado cercano al bar de su madre. Su padre, de profesión albañil, se sacrifica conduciendo 100 km cada vez que su hijo tiene entrenamiento para que este pueda seguir progresando. Su excelente papel en un torneo de fútbol siete motiva que el todopoderoso FC Barcelona lanzase sobre él sus redes. Iniesta desmenuza cómo a los 12 años tomó la complicada decisión de abandonarlo todo. Y el calvario que tuvo que afrontar durante sus comienzos en La Masía, el internado del Barça, en donde “la única conexión con el mundo exterior era una cabina telefónica verde situada a la entrada”. Andrés resiste con firmeza a la soledad y a la feroz competencia y va haciéndose fuerte hasta que Serra Ferrer lo llama para entrenar con el primer equipo, Van Gaal lo hace debutar en Primera y se acaba asentando como miembro de la primera plantilla. Hoy es el capitán. La jugada de mi vida combina las confesiones del propio futbolista con los testimonios de los compañeros de viaje con los que ha contado desde que pateaba esa vieja pelota en el descampado manchego hasta que levantó la Copa del Mundo. Así, asoman por sus páginas amigos de la infancia, entrenadores en las categorías inferiores (hay uno que insiste en compararlo con el gallego Luís Suárez, único Balón de Oro español), compañeros de vestuario desde los infantiles del Albacete hasta Messi, familiares y cazatalentos. Para estructurar el relato, Iniesta se apoya en algunos momentos clave de su carrera. Por supuesto, no faltan su recordado gol en Stamford Bridge o su premonitorio derechazo de Sudáfrica (sabía que lo iba a marcar), celebrado por todo un país. Pero tampoco los más duros, de los que parece que ya nadie se acuerda, como sus problemas con las lesiones que a punto estuvieron de dejarlo fuera del Mundial, o la falta de confianza de algún entrenador. 

En el último episodio de sus memorias desvela su historia de amor con su esposa Anna, “su otra mitad”, a la que conoció una noche de San Juan en un pub de Mataró poniendo copas al otro lado de la barra. “Es un conquistador. Aparecía en mi casa sin avisar, me dejaba notas...”. Anna Ortiz reconoce que todavía le sigue dejando mensajes por la casa para sorprenderla. El último, en el propio libro, en donde le dedica unas líneas de amor que Iniesta firma como “Tu papi”.

En la segunda mitad de la obra desaparece el narrador Iniesta. En Desde la banda se reúnen los testimonios de compañeros, familiares, técnicos y otros personajes relacionados con el fútbol que tienen palabras de cariño y admiración para este genio de la pelota que, tal y como dijo en un programa de radio hace 20 años, tenía un único sueño: bajar a su padre del andamio.

LA JUGADA DE MI VIDA

AUTOR

ANDRÉS INIESTA Y LOS PERIODISTAS MARCOS LÓPEZ Y RAMÓN BESA

EDITORIAL

MALPASO EDICIONES

304 PÁGINAS, 18 EUROS

Está planteado como unas memorias que arrancan, cómo no, en Fuentealbilla