Miguel Bosé: «Cada vez que oigo 'Bandido' entro en crisis»

FUGAS

CEDIDA

Su voz de barítono y el halo inaccesible que le envuelve hacen de Bosé un enigma que, en las distancias cortas, no cuesta tanto resolver. Aunque siga instalado en la cima del éxito, hoy Miguel es padre por encima de todo

28 ago 2020 . Actualizado a las 11:30 h.

Aló? El que responde al otro lado del teléfono es Miguel Bosé desde Panamá, donde vive con sus cuatro hijos. Recién estrenado su último álbum, un acústico sin precedentes en su carrera, asegura que durante este último año se ha venido «muy para arriba» tras marcarse una bachata en un show en vivo y sin efectos informáticos. Flamante ganador del Premio Ondas en reconocimiento a sus 40 años de trayectoria artística, la paternidad ha vuelto a Bosé un poco más Miguel.

-Enhorabuena por el Ondas.

-Muchas gracias, muchas gracias.

-Coincide además con un momento que podemos tomarnos como histórico en tu carrera con este nuevo disco, “Bosé MTV Unplugged”.

-Bueno, es una asignatura pendiente que tenía y que por fin he hecho y la he cumplido, que era hacer un acústico. El primer intento de MTV, la primera vez que me lo propusieron, fue en el año 93 y no se pudo agendar. Luego, en el 2004 con Sereno tampoco se pudo hacer por tiempos, y ahora por fin hemos logrado hacerlo, con lo cual ha sido todo un logro porque era, repito, una asignatura pendiente para mí.

-Un logro y un regalo para tus fans. ¿También para ti?

-Para mí es una aventura porque yo no tengo una producción históricamente acústica, mi producción es informática, de ordenadores. Ya desde los años 80, cuando arriesgué y opté por esa línea. Tengo muy poco porcentaje dentro de mis producciones de instrumentos tocados por personas, digamos acústicos. Había muy poco. Entonces trasladar todo ese sonido que tiene un sello y una personalidad muy fuerte a la zona acústica era un reto. La verdad es que al principio yo tenía muchos reparos, porque no sabía cuánto se iba a perder por el camino, pero al trabajarlo con Nicolás Sorín me di cuenta de que no podía compararse, que esto era otra historia completamente diferente y que, bueno, se abrieron unas puertas de exploración que eran fantásticas. Fue muy divertido de hacer y de explorar.

-Ahora te has visto maduro para dar ese paso de “desenchufarte” del sonido informático, antes te daba miedo. Pero, ¿miedo tú? ¿Después de 40 años en el número 1? ¿Puedes experimentar el miedo todavía?

-Los miedos yo creo que nunca se pierden, nunca. Y además creo que van en el paquete de lo que es esta profesión. No los pierdes nunca antes de salir al escenario, no los pierdes nunca antes de entrar en producción. Cuando te pones a componer, siempre hay temores en todo tipo de pausas, de suspenses. Es una cosa que no se borra jamás, y además creo que cuanto más pasa el tiempo, peor, porque eres más lúcido, eres más consciente, eres más responsable y tienes cada vez más respeto hacia la profesión, que es lo que hago. Eso nunca se va.

-Y tampoco se van tus ganas de exploración. Supongo que nunca antes pensaste que te verías a ti mismo cantando una bachata, ¿no? [“Dime qué diré”, con Juan Luis Guerra].

- Ja, ja, ja. No, jamás en la vida. En estos últimos años me he lanzado y me he atrevido con muchos géneros. En México hay un género que se llama banda silanoense que es muy típico, que son metales de percusión con bandas muy grandes, y tienen un modo de cantarlo y de hacerlo que es muy particular y que no naces con ello, pero lo hice. La cumbia también es otro estilo mexicano con el que me atreví, y luego este año ya en el acústico con la bachata, o sea que estoy... Vamos, me he venido muy para arriba, ja, ja.

-Muy para arriba y con muchos amigos de nuevo.

-Tengo mucha suerte, tengo muy buenos amigos y siempre están ahí en los proyectos especiales. Es gente con la que tengo una relación sólida, diferente.

-¿Jamás harías duetos con extraños?

- Siempre procuro hacer duetos con gente con la que tengo un feeling, un trato, porque de ahí nace una complicidad que no hay y que no se siente, por lo menos yo, cuando hago cosas con gente con la que no tengo contacto o amistad. Los que salen, salen muy bien también, son más técnicos si quieres, pero cuando tienes rollo con alguien todo eso al final se refleja en la canción. Como le pasaba a Papito y a Papitwo, se nota.

- La canción que más impactó del unplugged seguramente sea “Estaré”. En ella explicas a tus hijos que siempre estarás con ellos, a pesar de que no te tengan físicamente cerca en un momento determinado. ¿Te cuesta cantarla?

-Sí, sí, no es fácil hacerlo. Me acostumbraré, pero date cuenta que acabé de componerla yo creo que solo un par de semanas antes de cerrar el material. Y se iba resistiendo porque de algún modo, al ser una canción particular, estaba muy hilvanada, era muy frágil. Muy sólida, muy fuerte por una parte, muy emocional, pero luego frágil en el sentido de que esas mismas emociones lo partían todo, como el cristal. Entonces al final ya di con la estructura, con la fórmula. En la letra había muchas, muchas páginas escritas y muchas cosas que quería decir, porque la verdad es que cuando te pones para decirle algo a la gente que quieres, en este caso a mis hijos, es que quieres decirles muchas cosas, pero claro, no cabían.

- El resultado fue muy emotivo y visceral: “Y guardaba en cada célula y memoria el deseo y del amor que puse en ti”.

- Tuve que decir: bueno, voy a tirarme por aquí y voy a olvidar todo el resto. Voy a sacrificar el noventa por ciento y concentrarme en un diez que tengo que decir bien de forma sencilla, de forma poética y de forma muy directa. Y al final, eso es lo que salió. Me veas o no, esté o no esté, el día que deje de estar para siempre, si me buscas, me encontrarás en tu corazón... y ahí estaré. Esa es la historia, porque además viene de una idea, de un gesto que uno de mis hijos me hizo un día cuando le digo: «Tadeo, papá se va. Tengo que irme fuera a trabajar y no estaré, no voy a estar aquí». Y él me dijo: “No, no, papá. Tú siempre estás”. Y le pregunto: “¿Dónde?”. Y él me señaló con el dedo el corazón. Y dije: “qué buena idea”, ja ja. Eso fue hace dos años, y a partir de ahí me encerré y empecé a lanzar como trocitos, ideas sueltas por ahí. Había muchas, había como diez partes o ideas diferentes para poder ensamblar.

- Eres todo un padre de familia numerosa en un momento en el que cada vez hay menos familias y son menos numerosas.

- Soy padre soltero de una camada. No es fácil, cuando oyes las estadísticas españolas diciendo que dentro de treinta años un cuarenta o un sesenta por ciento, no sé, recuerdo que era una cifra aberrante, de la población será mayor de 45 o 50 años. Entiendes por qué, ¿no? De entrada, si quieres formar una familia hoy en día para poder mantenerla, y ya solo con un hijo estoy hablando, los dos padres tienen que trabajar con unos sueldos estándar. Y ya es un lujo. No es que no queramos tener hijos, es que las circunstancias y el valor de la vida, el precio y el coste de la vida, lo impiden. No se nos facilita. Uno de los dos se tiene que quedar para poder estar con el hijo. Yo solo sigo repitiendo que los Estados se olvidan de que la decisión de ser amo o ama de casa es un trabajo, es una profesión que tendría que estar contemplada y remunerada, porque de esa manera las familias podrían ser más numerosas. Debería haber una inversión y los Estados tendrían que hacerlo. No hay otra, porque si no, no se va a poder. Que yo haya decidido hacerlo es porque puedo hacerlo y porque ha llegado un momento de mi vida, hecha ya mi carrera, en el que ya podía pasar a hacer otra cosa y dedicarle tiempo para hacerla bien, que era tener una familia.

 - Supongo que tus hijos son para ti tu mejor creación, pero tengo que preguntarte por otra de ellas. ¿Es cierto que te cuesta escuchar “Bandido”?

- A ver, me cuesta mucho escuchar el álbum Bandido, mucho, entro en crisis, porque la verdad que fue el punto y aparte. Ahí es donde empezó mi carrera, la carrera del Bosé que me trajo hasta aquí, hasta hoy. Ahí es donde empecé a componer, porque antes era letrista e intérprete y poco más.

- Más... ¿Bosé?

- Sí, ahí es donde me empezó la vena y empezó, digamos, esa faceta que dura hasta hoy y con la que he creado mi verdadera identidad Bosé. Es un álbum muy revolucionario, hoy todavía sigue siendo de una modernidad y de una osadía extremas. Entonces, cuando lo oigo entro en crisis porque me da la sensación de que jamás volveré a hacer nada tan brillante ni tan creativo. Pero luego al final no ha sido verdad, he hecho otras cosas que han sido maravillosas, fantásticas. Lo que pasa es que no se pueden ni se deben comparar. En lo que yo siempre caigo es en el error de querer compararlas. Y si hago eso, entro en crisis.

- “Te habrán dicho que soy un borde. Y lo soy. Y me encanta”. Esta cita es tuya, pero yo me he encontrado a un hombre encantador. ¿Son tus dos caras?

- Ja ja. Vamos a ver, yo creo que esas dos caras las tenemos todos, no soy yo solamente. Es verdad que la paternidad me ha vuelto más amable, indudablemente. Han ejercido una química sobre mí muy grande, me han hecho más condescendiente, más paciente, más tolerante, más dialogante... forzosamente.

-¿Has abierto las compuertas?

- Todo eso que ejerzo con ellos ha rebotado al resto de mi vida. Pasa el tiempo y hay cosas que pensabas que eran importantes o que no debían ser tocadas, y al final te das cuenta de que no son tan importantes, que pueden ser perfectamente visitadas, compartidas... Y poco a poco vas cediendo mucho terreno. Ahora, eso sí, hay una parte de mi vida y de mi entorno que está blindada. Si se intenta entrar, responderé a coces. Ya entregas mucho siendo un personaje público, se entrega mucho. Yo entrego toda mi carrera, que la comparto con la gente porque de hecho le pertenece a la gente, ellos la han hecho posible. Comparto mis ideas con los medios y en general con el mundo porque soy personaje público, y se esperan de mí los pareceres en muchos campos diferentes, y adelante. Pero luego hay otra parte que es mi refugio, y por ahí no paso. Cuando se intenta acercarse o adentrarse, el que lo hace, sale mal parado. Pero bueno, eso lo hacemos todos. Hay cosas que son muy privadas, que compartimos solo con un círculo muy estrecho.