«Ahora no se escriben buenos papeles femeninos»

María Estévez

FUGAS

Juan Herrero

Sigourney Weaver es una mujer de ideas claras. Está convencida de que ya no va a hacer muchas películas románticas y de que Hillary Clinton será la sucesora de Barack Obama en la Casa Blanca.

06 oct 2016 . Actualizado a las 16:35 h.

La película se presentó en Toronto, donde fue aclamada, y en San Sebastián, donde Sigourney Weaver recibió el premio Donostia.

-¿Las películas de monstruos están de moda?

-Aquí aparece una bestia distinta, no estamos hablando de un monstruo impredecible.

-¿Alguna vez se ha sentido asustada por un monstruo?

-Alguno hay real que sí me asusta (bromea). Supongo que, como todos los niños, temía a los monstruos aunque ya ni me acuerdo. Pero sí recuerdo las pesadillas que sufría pensando en ellos.

-Usted ha trabajado con grandes directores ¿Cómo calificaría a Juan Antonio Bayona?

-Creo que lo más destacable de la película Un monstruo viene a verme es el trabajo de Juan Antonio Bayona. Es un cineasta extraordinario, lleno de pasión, de honestidad, muy español, capaz de conectar de una forma intuitiva. Es un realizador con una visión muy clara de lo que quiere, algo muy importante al contar una historia. Conoce bien el negocio y, desde luego, sabe tratar bien a los actores.

-Mucha gente considera que hay una edad de oro para las mujeres en la gran pantalla, ¿está contenta con los guiones que recibe?

-Creo que hoy en día es difícil para hombres y para mujeres conseguir buenos papeles porque cada vez se ruedan menos películas. Creo que Hollywood está realizando demasiados remakes y ya no se hacen películas independientes. No sé si estamos viviendo una edad de oro en la taquilla para las películas de mujeres, pero, sinceramente, ahora mismo no se escriben buenos papeles femeninos, no como los que representaba Bette Davis en los cuarenta. Ahora tenemos nuevas tecnologías, películas que son capaces de llenar el cine de público gracias a los efectos especiales.

-Hablando de monstruos, las elecciones norteamericanas se presentan muy competidas.

-Creo que es muy excitante que en Estados Unidos vayamos a tener a una mujer presidente, finalmente. Ya tocaba y, desde luego, el proceso no va a ser fácil. Las mujeres hemos conseguido llegar a muchos puestos que antes no nos estaban permitidos, nos falta la presidencia de Estados Unidos.

-Usted ha asegurado muchas veces que quiere interpretar historias románticas. ¿Que ha sucedido?

-Sería absurdo por mi parte pensar que voy a embarcarme, a mi edad, en historias de amor. Los actores no participamos en las películas que queremos sino en las que nos ofrecen. A veces surge la oportunidad de participar en un gran filme, como Un monstruo viene a verme, y otras veces te aventuras a trabajar sabiendo que el guion no es bueno, pero necesitas el dinero. Como actriz considero que no hay nada mejor que interpretar un personaje que tiene una vida emocional más allá de lo obvio. En Hollywood, por alguna razón que desconozco, los guionistas no se imaginan a las mujeres de más de cuarenta como criaturas con emociones sexuales.

-Es tan difícil encontrar trabajo en Hollywood cuando una actriz pasa la barrera de los cincuenta?

-Yo vivo en Nueva York y trabajo mucho en el teatro. Si yo viviera en Hollywood y dependiera solo del cine, estaría muy deprimida o tal vez ya hubiera dado el salto a la televisión. Mi modelo a seguir es Jessica Tandy. Como actriz tengo más confianza ahora que cuando era joven. A mí me ofrecen personajes interesantes en el cine, aunque no en las grandes películas de Hollywood. Trabajo en una industria donde todo el mundo está obsesionado con mantenerse joven.

-¿Qué opina de la obsesión que existe en Hollywood por la belleza?

-Greta Garbo dejó de trabajar en el cine a los 35 años. Con eso lo digo todo. Es increíble.