Un millón de espectadores retrata el éxito de un espectáculo que ahora vuelve a Santiago con un estilo aún más canalla
09 sep 2016 . Actualizado a las 19:33 h.Es imposible acudir a The Hole sin verse desbordado por múltiples sensaciones. Cual olas de mar, los mensajes que emite este espectáculo son todos diferentes y de corte cabal, al mismo tiempo hacen sentirse a uno en un entrañable manicomio. Pero no es un centro de locuras y demencias, sino un atracón de libertades artísticas, que nos recuerda que todo tiene un sitio, y un momento, y como no, un gran espectáculo.
¿Qué es The Hole? Depende. ¿Un evento teatral? Sí. ¿Un espectáculo de cabaret? Sí. ¿Una mezcla de alquimista que divierte e impresiona? También. La definición de este show se antoja complicada al moverse en un equilibro ideal entre todo lo mentado, añadiendo sensualidad, música y contacto directo con el público. Esa charla con los asistentes es innegablemente un éxito, y es que más de un millón de espectadores han visto The Hole, también conocido como El Agujero, desde que se estrenó en 2013, fruto de la colaboración de la compañía teatral Yllana, la promotora Letsgo Company Paco León allá por el 2011.
Cuando uno entra en el espectáculo sabe que el aburrimiento no tiene en absoluto cabida. Algo pasará, y lo que pasé se quedará allí, en esa mansión en la que suceden los hechos narrados a través de sus diferentes protagonistas.
The Hole es un circo para adultos donde el humor está presente en cada palabra y cada acto, y el baile se adereza con teatro y un omnipresente morbo. A los mandos de este barco, se sitúa Berta Collado como maestra de ceremonias, que conducirá a los asistentes a través de un viaje inolvidable. La conocida reportera convertirá el auditorio Abanca de Santiago de Compostela, entre el 21 y el 25 de septiembre, en su mansión particular, y a lo largo de seis funciones mezclarán arte y espectáculo para disfrute de todos los asistentes. Las entradas pueden adquirirse ya en la web www.clicentradas.es, al precio de 28 euros, independientemente del acto escogido.
«El público en The Hole desempeña un papel muy importante, tanto, que logra que cada actuación sea única», explica Berta Collado. «En ese sentido, es un evento que lo diferencia del resto, ya que casi ningún otro lo hace de esta de manera».
Se trata de un show que crece y muta a medida que avanza. Detrás de la lineadidad propia de la historia que narra, de amor, como lo son todas las grandes historias que se precien; se realiza una gran demostración de improvisación, definida por la adaptación a cualquier situación, tanto del espectador como del artista, lo que deriva en una experiencia rica y muy divertida para todos.
La libertad también es protagonista y es que todo vale en un espectáculo que permite la toma de fotos en cualquier momento, el hablar con el acompañante o el desconocido, y el tomarse una copa o vino cuando uno decida. «Es un espectáculo en el que cada noche los artistas acabamos con una explosión de adrenalina y de relajación con la que te quedas muy a gusto», reconoce la maestra de ceremonias. «Hay un punto muy gamberro en The Hole que busca la liberación del público. Todo se basa en el humor y también en querer relajarse, sin obviar la pasión y el mensaje sensible que logramos hacia el final del show. Básicamente, que la vida son dos días, y que no deberíamos perder el tiempo en cosas que no son importantes, que hay que vivir y probar todo lo que podamos, mientras seamos capaces de permitírnoslo».
La crítica lo adora y el público repite. Así, sin tapujos y sin complejos, se desenvuelve The Hole, recordando que «hay que estar en el agujero... para salir del agujero», porque en esta obra no hay que verla, sino que hay que entrar a vivirla, y quedarse un rato entre sus luces y sus vivencias. Disfrutar a lo grande, sin mayor problema y sin necesidad de pensar en el exterior. La calidez del olvido, aderezada con el picantón del deseo y los sueños.
Galicia tendrá un agujero en su capital durante cinco días. Colarse por él podría ser una opción más que interesante. Invitados quedan. Ojo, no queden atrapados.