La lúcida pensadora de zapatos rotos

FUGAS

15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si en Léxico familiar Ginzburg escamotea casi todo de sí misma, en Las pequeñas virtudes parece que se aviene a esta petición: «Háblame de ti, Natalia». En once textos muy diversos, publicados entre 1944 y 1962 en revistas y periódicos, la escritora italiana reflexiona sobre la felicidad y la pérdida; la maternidad y la condición de ser mujer; la miseria, la guerra y la muerte; y lo hace con esa prosa suya tan limpia, breve y llena de sabiduría.

Difíciles de olvidar los Abruzos, donde pasó tres años confinada con su marido y sus tres hijos, una etapa miserable, de unas pocas naranjas y paseos por la nieve. «La mejor época de mi vida», supo después, cuando su marido había muerto ya en la cárcel; díficil borrar ese frío en los pies de Los zapatos rotos; o no sonreír con Las pequeñas virtudes y sus maravillosas lecciones para educar a niños en grandes valores.

Las pequeñas virtudes. Artículos. Natalia Ginzburg. Acantilado. 168 páginas. 14 euros