Aún deudor de su esencial «María y yo», Miguel Gallardo mantiene en «Turista accidental» esa cualidad innata de abrir el encuadre de pequeños momentos y circunstancias personales para entrar y enganchar
29 abr 2016 . Actualizado a las 20:33 h.Miguel Gallardo lleva tiempo articulando sus creaciones alrededor de María y yo. Y bien merecido que lo tiene. Aquel era un trabajo extraordinario, novedoso, transparente, sobre la enfermedad de su hija, y como afrontaba él mismo aquel trance.
Este cuaderno de viajes le debe mucho porque buena parte de sus experiencias en el extranjero tienen que ver con la presentación de aquel libro, que le reportó un éxito enorme. De Praga a Berlín, Fráncfort, Málaga... Gallardo fue trasladando todo aquello a un diario que ahora, junto a otros viajes, conforman este Turista accidental. Un trabajo más superficial, pero lleno de pinceladas de humor que convierten un aparente cómic accesorio en un libro con el que cualquiera que se mueva con regularidad podrá identificarse. Problemas en hoteles, cancelaciones, traducciones incorrectas, trampas para turistas...
Hay mucho de los tebeos de Guy Delisle (Crónicas Birmanas, por ejemplo), un trazo muy ágil -a veces, demasiado ágil, por impreciso- y más de un consejo útil, por ejemplo, para primerizos de Nueva York. Porque Gallardo mantiene esa cualidad innata de abrir el encuadre de pequeños momentos y circunstancias personales para entrar y enganchar.
Turista accidental. Cómic. Miguel Gallardo (guion y dibujo). Astiberri. Color. 136 páginas. 14 euros