Una leyenda de los años ochenta que se mantiene en plena forma

J.B.

FUGAS

27 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la edad aún tienen más pinta de tipos duros que en los ochenta. «¡Qué va! ¡No somos más que una tierna pandilla de gatitos!», decía socarrón su bajista Chris Coyne en una entrevista en Fugas en el 2013. Pues será abajo y en el trato personal posconcierto, porque en el escenario continúan siendo una poderosa banda de rock, de mirada temeraria y puñetazo sonoro a punto de impactar en el espectador. La recuperación de sus canciones míticas, como Birth, School, Work Death, Cause I Said So o She Gives Me Love hacen que uno piense que se acaban de componer. Están totalmente vigentes. De salir a flote ahora mismo en el Spotify se merdendarían a la competencia del pop británico actual

Lo demostraron en sus visitas a Galicia en el 2011 y el 2013, con vibrantes conciertos empapados en sudor en pequeños clubes. Como si el tiempo solo hubiera afectado a papadas, arrugas y alguna entrada de sus cabelleras, The Godfathers tensaron la goma y la mantuvieron firme durante sus recitales. 

Los fans veteranos, los que los disfrutaron cuando acudieron a Clangor o el Playa Club en los ochenta y primeros noventa, vibraron. Los más jóvenes evidenciaron que el cuarteto, aún fuera de su momento de esplendor creativo, le saca varias cabezas al 90 % de la producción inglesa de hoy en día. ¿Alguien conoce muchos singles en el Reino Unido superiores a She Gives Me Love en la actualidad? Si es así, por favor, que levante la mano. Seguro que muchos melómanos estarán encantados de conocerlos.

La banda celebra este año su treinta aniversario. El rock se ha subido a la rueda de la eterna efeméride. Una excusa manoseada, pero válida aquí como cualquier otra, para poder disfrutar de lo importante: el grupo sudando en vivo. Será un placer volver a ver al trajeado Peter Coyne tomar el micro a dos manos, enfurecer la mirada furiosa y escupir rock como él tan bien sabe hacerlo. O mucho han cambiado las cosas o la fiesta está asegurada. 

Odio a Margaret Thatcher

The Godfathers surgieron en la Inglaterra de Margaret Thatcher. Formados por Peter Coyne (voz), Chris Coyne (abjos, voces), Kris Dollimore (guitarra), Mike Gibson (guitarra) y George Mazur (batería) impactaron con Hit by Hit (1986), un disco guitarrero con aromas de pub-rock y cierto halo oscuro. Vestidos de riguroso traje doblaron el impacto. Y con temas como This Damn Nation o su celebrada versión del Cold Trukey de John Lennon lo terminaron de redondear. 

Pero el golpe de verdad llegaría un año después con Birth, School, Work, Death (1988), el álbum que recoge su gran himno. La mirada en la entonces presidenta de Inglaterra. Y los versos demoledores: «La heroína es todo el amor que nos diste / desde la cuna hasta la tumba /  los chicos y chicas no comprenden / que el demonio hace trabajar a las manos ociosas». Se convirtió en uno de sos himnos incontestables que se cantan con el puño en alto.

La banda entonces parecía estar en el lugar apropiado para dar el salto al estrellato. Un año después lanzaron el sintomático More Songs About Love & Hate (1989) con el hit She Gives Me Love y, después, llegó Unreal World (1991) con la canción homónima que los situaba en una onda más comercial pero igualmente certera, cerca de INXS. Pero ese éxito masivo no llegaría nunca. La llamada se desvanecería a mediados de los noventa, perdiendo su lugar en el rock británico.

Ahora, sin embargo están ahí. Demostrando que fueron grandes. Y que lo siguen siendo. 

Vigo. Máster Club. 29 de noviembre. 21 horas. 16 euros en compra anticipada, 20 euros en taquilla