No hay bestia tan feroz

La Voz

FUGAS

DE LA CÁRCEL A LA LITERATURA. Uno de los retratos míticos del novelista californiano Edward Bunker, disfrutando de su cigarro puro en la intimidad de su viejo automóvil americano. A Bunker siempre le gustó escribir, y sus estadías en la cárcel -reiteradas en sus primeras décadas de vida- fueron su academia y su laboratorio literario. MARTIN MORRELL
Martin Morrell

Sajalín, el sello que descubrió para el lector en castellano la prodigiosa, negra y violenta literatura de Bunker, rescata ahora sus memorias, curiosamente el primer libro que se publicó en España (2003) del escritor californiano y que pasó entonces bastante desapercibido

03 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en el 2003 Alba publicó La educación de un ladrón, el libro descubrió para el lector a un excelente escritor y todo un personaje de novela. Hoy, cuando Sajalín rescata aquel título para su catálogo, las cosas son felizmente muy distintas. Edward Bunker (Los Ángeles, 1933-Burbank, 2005) ya no es únicamente el magro rostro del sr. Azul, el papel secundario que el narrador y guionista interpretó en 1992 para Tarantino en su filme Reservoir Dogs. Las memorias llegan después de que Sajalín haya traducido al español seis de sus libros, algunos tan importantes como No hay bestia tan feroz (que va por la séptima edición) o Perro come perro. Hoy Education of a Felon. A memoir se disfruta de forma muy diferente, nueva, se comprende más profunda e íntimamente, a tumba abierta, como un relato confesional, porque conocemos el alma de Bunker, impresa para siempre en la violencia de sus hermosas y terribles criaturas, hampones, yonquis, ladrones, traficantes, soplones, asesinos, atracadores y reclusos, criminales de medio pelo. Carne de cañón, lo mismo que él fue desde su niñez y su adolescencia, un joven sin oportunidad alguna (el preso A20284) que hubo de labrarse tozudo su propio destino. ¿Cómo? No cometería más estupideces y escribiría. «Escribir -dice- se había convertido en la única posibilidad de escapar del cenagal de mi existencia y había perseverado en ello incluso en los momentos en que la llama de la esperanza se acababa».

La educación de un ladrón. Memorias. Edward Bunker. Prólogo de Kiko Amat. Traducción de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté. Sajalín Editores. 589 páginas. 25 euros