Adiós al flamenco que se volvió psicodélico

Fernando Molezún LA HABITACIÓN DE DIÓGENES

FUGAS

22 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Fallecía esta semana Manuel Molina, cantaor y guitarrista que alcanzó la gloria con el dúo Lole y Manuel y que fue un auténtico pionero en eso de fusionar el flamenco con otros ritmos foráneos junto al grupo de rock progresivo y psicodélico Smash en unos años en los que aventuras semejantes se consideraban una aberración. Corría el año 1971 cuando el productor Ricardo Pachón ofreció a Molina que grabase algunos temas junto a Smash, prometiéndole ante sus reticencias que le libraría de la mili. De ahí salieron clásicos como El Garrotín o Tangos de Ketama, editados por Bocaccio y que fueron recopilados años más tarde en un disco compartido con el cantaor Agujetas y Manolo Sanlúcar publicado por Chapa bajo el título Vanguardia y pureza del flamenco. Para el mundo del coleccionismo, sin embargo, han pasado los discos anteriores y más roqueros de Smash sin Molina, como Glorieta de los lotos y Esta vez venimos a golpear, que superaron en subastas los 700 euros. El disco con Molina se quedó en unos más discretos 80 euros.