Mi querida Babel

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa EL RINCÓN DEL SIBARITA

FUGAS

27 feb 2015 . Actualizado a las 15:59 h.

Los sábados por la mañana (no tan de mañana, admitámoslo) Radio 3 ofrece a la sospechosa tribu que se levanta remoloneando, aturdida todavía por esa maldición bíblica llamada resaca, un programa que, como diría un amigo, ha adquirido ya hechuras de clásico: Mundo Babel.
Al micrófono está Juan Pablo Silvestre, que viene a ser un Jesús Quintero pasado por la historia de la música entera, un Loco de la Colina filtrado por los mantras orientales que, según nace el sábado, va despertando a los resacosos y, de paso, a los muertos y sus músicas.

Libro Objeto
La sintonía de su programa, Mi querida Babel, compuesta por el propio Silvestre para su grupo La Boa, ha ido pasando con los años de mano en mano, de voz en voz, aunque probablemente -permítanme el patriotismo, sin que sirva de precedente- sean las componentes de Faltriqueira quienes han bordado la gran versión del tema, a mucha distancia de otros intérpretes. Por eso María López, Ana Leira, Carolina Rodríguez y Teresa García son precisamente las encargadas de abrir fuego en este compacto.
La canción se ha transformado ahora, gracias al sello La Mano Cornutta, en un delicioso libro objeto, Mi querida Babel. La caja reúne, además del cedé con doce versiones, la letra de la canción del propio Silvestre, iluminada, a la antigua usanza, con los exquisitos trazos de Ana Juan (premio nacional de Ilustración), que pone 16 rostros femeninos a los versos. Otro premio nacional (esta vez de diseño), Oscar Mariné, se ha encargado de idear el concepto gráfico de este artilugio sonoro-literario.
Silvestre canta su propia versión, con nada menos que Bebo Valdés al piano, y C.R.A.G. brinda en el cedé una de las mejores interpretaciones incluidas en este volumen, que se acaba de presentar por todo lo alto en el CGAC.
Como apunta uno de los anuncios de la irreverente Radio 3, que ha sobrevivido ya a todo tipo de vaivenes ideológicos y directivos:
-Eres lo que escuchas.
También eres -o, tal vez, sobre todo eres- lo que lees. Y a veces incluso eres lo que escribes. Pero solo a veces.