«Mis libros son muy griegos, pero el cine ha generalizado mis historias»

Borja de Miguel

FUGAS

CEDIDA

El Salón del Libro de Aix-en-Provence reunió en octubre a Vasilis Vasilicós y Vargas Llosa en una mesa de debate en la que afloraron las profundas diferencias ideológicas de los dos escritores

30 ene 2015 . Actualizado a las 18:25 h.

Vasilis Vasilicós (Cavala, Grecia, 1934) publicó Z en 1967 y cuando dos años después Costa-Gavras obtuvo dos Oscar por su adaptación cinematográfica de la novela con guion de Jorge Semprún, el escritor ya estaba en el exilio, tras el golpe de Estado de los Coroneles. Hoy, con 80 años y más de cien obras publicadas, Vasilicos exhibe su independencia intacta, como demostró el pasado otoño en el Salón del Libro de Aix-en-Provence (Francia), donde compartió mesa de debate con Mario Vargas Llosa. Un encuentro que renovó la relación que une a ambos escritores desde sus años parisinos y puso de manifiesto sus diferencias ideológicas. El Nobel peruano afirmaba: «Los alemanes lo han hecho mejor que los griegos, hay que aceptar eso. Los países que no hacen lo que hay que hacer lo pagan, pero hay países que van muy bien en Europa: ¿Suecia o Suiza tienen problemas?». Y el autor griego respondía: «Desde la firma en 1992 del Tratado de Maastricht sabemos que la capital de Europa no es ni Bruselas ni Estrasburgo sino Fráncfort, donde se encuentra el Bundesbank». Vargas Llosa insistía: «A pesar de todo, Grecia está mejor dentro de Europa que fuera, hoy no es posible allí un golpe de Estado militar». Vasilicos matizaba: «Ahora tenemos un golpe de Estado de los bancos».
-España, como Grecia, es uno de los países que más duramente ha sufrido la crisis europea. ¿Puede ser algo provechoso creativamente para un escritor?
-Depende de la idiosincrasia del creador. Hay escritores, como yo era antes, que reaccionan sobre lo vivo. Pero yo ya tengo una edad en la que no trabajo tanto sobre lo inmediato. Me he vuelto un poco más filosófico. Es decir, debo pasar por algo y después voy a escribir sobre ello. Si tuviera 40 o 50 años, como tienen muchos de mis colegas griegos, seguro que escribiría sobre la crisis. Ahora, sin embargo, no es que me distancie, pero no cojo el fuego directamente.
-¿La crisis está muy presente en la literatura griega actual?
-Sí. No es la protagonista pero está en el telón de fondo de las historias y el comportamiento de los personajes está ligado a la crisis.
-¿Hay algo más que haya resultado positivo en ella?
-La crisis ha hecho resurgir la necesidad de recuperar la identidad propia de los pueblos pequeños que han sido absorbidos por los más grandes, como sucede en Galicia o en Escocia. La crisis nos ha recordado que pertenecemos a diversas culturas. La homogeneización que ha impuesto el euro, tal como se ha implantado, ha terminado por hacer resurgir el sentimiento de que nosotros no somos españoles o ingleses. Antes también lo decían algunos pueblos, como Cataluña, pero hoy hay más opciones de que esta separación se realice. No mañana, pero sí en el futuro. Éste es uno de los únicos aspectos positivos de la crisis.
-¿Podría escribir libros, de algún modo, no políticos?
-Sí. Después de Z y de dos o tres libros más, me han puesto la etiqueta de escritor político, pero muchas de mis novelas no son políticas.
-¿Qué le empuja a escribir una nueva novela?
-Cada vez el motivo es diferente. Una veces es algo que sucede en la realidad, otras es algo que vive en el subconsciente y quiere salir, a veces es un libro que inspira otro libro o un amor repentino... Un tipo de shock, no en el mal sentido de la palabra. Un shock que motiva.
-¿Este shock suele estar ligado a la realidad o pueden ser recuerdos, impresiones, fantasías...?
-Todo eso, en la escritura, coexiste y hace la materia del texto.
-¿Cree que la literatura tiene el mismo poder de transformación de la sociedad que años atrás?
-Antes tampoco tenía el poder de transformar la sociedad, sino la facultad de sensibilizarla para llegar a esa transformación. Y hoy sigue teniendo esa capacidad, pero ha perdido el monopolio ante el cine, la música... Pero incluso en las nuevas tecnologías la base es la escritura. Para mí la expresión una imagen vale más que mil palabras ahora funciona a la inversa: una palabra vale más que mil imágenes. Al menos hoy, que todo el mundo va sacando fotos con los teléfonos móviles de cualquier manera.
-A veces las películas tienen más éxito que los libros en los que se basan. ¿Siente que algunos filmes han vampirizado sus textos?
-Soy una de las raras excepciones en que el escritor está más contento que el director con el filme. Mis libros son muy griegos y por supuesto que los puede leer un lector de cualquier país, pero las películas han generalizado las historias y las han hecho más accesibles a públicos diferentes.