¿Imposible ganar para el Breogán?

Ricardo Hevia EN ZONA

FORZA BREO

Fernando Galindo

22 may 2019 . Actualizado a las 18:46 h.

Tras la última opción para seguir vivos, una victoria nos llenaba de esperanza, todo parecía posible, 35 minutos arriba con suficiencia, en cuanto se daban 4 pases se anotaba con facilidad, nos íbamos y se acercaban, era una constante y eso que no era el mejor día de nuestros postes, Un Gerun flojo en defensa y escasamente reboteador y lo mismo que Sulejmanovic empecinado en tirar cada vez que el balón les llegaba dentro, incapaces de sacar un solo balón a la línea exterior, entre los dos 8 de 18 en tiros de campo. Pero pese a estos defectos, el triunfo parecí a más que posible, ir siempre delante da tranquilidad, Redivo, con momentos brillantísimos anotaba con fluidez, hasta los 13 puntos llegaba la ventaja del Breo, claro que como tantas veces, se evaporaba en un suspiro y el equipo se empecinaba cada vez más en tirar de lejos. Los bases limitaban su juego a botar y botar hasta el aburrimiento, ni bloqueos ni penetraciones para doblar y liberar algún tipo y los interiores continuaban erre que erre, balón que llegaba a sus manos no volvía salir y se fallaban uno y mil tiros cortos. Pero aún nos quedaba lo peor, cinco minutos de agonía y despropósito que fueron confirmando la sentencia de un descenso labrado a través de un cúmulo de partidos que discurrían con signo favorable y deberían habernos otorgado una salvación relativamente cómoda, pero que todos finalizaron con derrota, como ayer, como tantas veces. En medio del caos se labró un descenso, pero no solo se fraguó en el campo, en los despachos tampoco anduvieron muy finos. Poco duró la fiesta, la afición no se merecía este final, ojalá la ausencia de la élite sea corta y dentro de un año estemos otra vez gozosos por recuperar un sitio entre los grandes.